Denver, Colorado. Costa Rica se enfrenta mañana a un Estados Unidos sumido en cuestionamientos, que le roban su atención en el peor momento.
Apenas ayer, varios medios estadounidenses publicaron sobre la supuesta división que existe en el camerino norteamericano, en parte debido a la posición de su técnico Jurguen Klinsmann.
Según estos, el estratega ha favorecido la separación del equipo con la inclusión de jugadores de ascendencia alemana como Jermaine Jones, Danny Williams y Fabián Johnson, quienes gozarían de los favores del también germano Klinsmann.
Eso, junto a los métodos de entrenamiento del europeo, serían por ejemplo la razón de que el hasta hace poco capitán de la Selección, Carlos Bocanegra, no esté en la actual convocatoria, o bien que no haya jugado en la derrota ante Honduras 2-1 en San Pedro Sula.
El tema tomó tanta fuerza, que incluso ayer la atención de los futbolistas norteamericanos a la prensa se dedicó prácticamente solo a tratar ese tema.
“Esto es de todos los días, que la prensa pregunte y la prensa critique, es negocio. Costa Rica merece respeto, no merece hablar de vestidores y de problemas”, afirmó Hércules Gómez con rostro de evidente cara de molestia.
Michael Bradley también reconoció que le parecía vergonzoso que se estuviera hablando de algo así antes de un partido como este, y además añadió que precisamente el resultado en Honduras es en parte el que propició todo el tema.
“Nadie está contento con esa derrota o con la forma en que se jugó ese partido, pero no podemos quedarnos ahí, tenemos que seguir adelante y tenemos el equipo para hacerlo”, finalizó Bradley.