Tras una muy larga espera, la mano de Jorge Luis Pinto al fin se ve

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El entrenador Jorge Luis Pinto necesitaba tiempo para cuajar sus planes. Lo está demostrando y en el momento justo.

La disciplina táctica que le gusta al técnico cafetero no se impone de la noche a la mañana. El estilo por el que se decanta no se logra con un chasquido.

El colombiano simplemente no es de esos técnicos que con uno o dos movimientos y una charla de motivación da resultados.

Por eso, aunque Pinto diga que no, en los procesos con Costa Rica para el Mundial del 2006 y con Colombia para el 2010 le costó desarrollar una idea. Al final, no terminó ninguno de los dos.

En cambio, en todos los clubes que dirigió tuvo éxito, con base en el trabajo diario y constante; repasando una y otra vez cada movimiento; conociendo a la perfección lo que le ofrece cada jugador dentro y fuera de la cancha.

De hecho salió campeón en Costa Rica, Venezuela, Colombia y Perú, logros que son los que alimentan su currículo.

Otra cosa. En una selección es distinto. Ahí hay que hacer lo que se pueda en tiempo récord, “mirar” infinitamente lo que haya disponible y confiar en que al futbolista no se le olvide todo cuando regrese al equipo que le paga.

Pero después de unos largos 22 meses de espera, muchos microciclos y decenas de partidos (con igual número de críticas), ya se ve ese trabajo acumulado.

Hay que reconocer que cada minuto que pasa en la cancha, la Tricolor se ve mejor.

Como dijeron varios comentaristas mexicanos luego del 0-0 del martes: “Costa Rica sí tiene una idea clara, sí sabe a lo que juega”.

No hubo ni un solo partido en esta hexagonal en que no se jugara mejor que el anterior, todo lo contrario a lo que sucedió con otros entrenadores, por ejemplo, con Ricardo La Volpe.

De Panamá a Estados Unidos hubo mucho más concentración y actitud; de Estados Unidos a Jamaica hubo más presión en la marca; de Jamaica a Honduras hubo más orden y de Honduras a México hubo más de todo.

Todo eso ilusiona porque quiere decir que el techo está lejos.