Seleccionados de Costa Rica llevan la vida de una celebridad

La hazaña en Brasil 2014 desató la euforia de los aficionados costarricenses

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Caminar tranquilamente por cualquier calle de Costa Rica es cosa del pasado para los futbolistas de la Selección Nacional, pues su brillante presentación en el Mundial de Brasil 2014 los catapultó al nivel de las celebridades.

El recibimiento que el pasado martes dieron a la selección cientos de miles de personas en las calles de San José fue el inicio de una suerte de locura colectiva que se desató con sus nuevos héroes.

Llegar a unos cuartos de final en Brasil 2014 no estaba en las quinielas de nadie, sobre todo porque Costa Rica se ubicó en el llamado grupo de la Muerte junto a Inglaterra, Italia y Uruguay.

“Ha sido una locura. Creo que nunca en mi vida voy a vivir algo así”, declaró Borges a la prensa sueca acerca del recibimiento que la afición le dio al equipo.

La fama también le cobró la factura a Joel Campbell.

El delantero del Arsenal inglés, junto a los defensores Roy Miller y Giancarlo González, tuvieron que ser escoltados por la policía para salir de un homenaje que le realizó el jueves en un parque la Municipalidad de la localidad de Desamparados, en el sur de San José.

Una multitud de aficionados se empujaba para obtener un autógrafo o una foto de quienes hace poco tiempo eran sus vecinos, lo que obligó a la Policía a escoltar a los futbolistas para salir del lugar.

Un día antes, Campbell junto a otros compañeros tuvieron que escapar de una tienda de artículos deportivos que organizó una firma de autógrafos que parecía eterna ante los cientos de aficionados que se hicieron presentes.

El portero del Levante español Keylor Navas, el delantero Bryan Ruiz, el atacante Randall Brenes y el lateral derecho Cristian Gamboa, también fueron recibidos en sus respectivos pueblos con homenajes y actividades masivas.

El defensa de origen nicaragüense Óscar Duarte, anotador de un gol frente a Uruguay, también fue recibido como una estrella en Managua por cientos de aficionados, así como en su pueblo natal del país del norte, Catarina.

Todos los seleccionados y el entrenador, el colombiano Jorge Luis Pinto, fueron declarados hijos predilectos de la ciudad de San José por su extraordinaria labor en el Mundial y por el ejemplo que dieron a los ticos.

El seleccionador Pinto no ha escapado de la locura por la selección, pues en el Congreso de Costa Rica los diputados agilizan un proyecto de ley para otorgarle la ciudadanía honorífica.

La algarabía de los aficionados alrededor de los futbolistas se compara con la ocurrida en Italia 90 cuando el equipo, en su primer Mundial, alcanzó los octavos de final, un techo insuperable hasta Brasil 2014, el histórico Mundial para los costarricenses.