Hace solamente unos meses la nota arrancaba así: “Seis, solo seis más”. Pues resulta que ahora son cuatro, solo cuatro más.
Es más, tiremos la casa por la ventana con el positivismo, de por sí la ocasión lo amerita: dado que Estados Unidos o Panamá nos echarán la mano el martes ante México u Honduras, a la Sele solo le harán falta tres puntos para sellar su boleto a Brasil.
Esos tres puntos están aguardando en Kingston, Jamaica.
Las disculpas del caso por la idea reiterada, quizás no sea lo más apropiado, pero la originalidad quedó detrás de la emoción de los goles, de la revancha materializada y del sentimiento de pertenencia que generó ayer la nueva victoria de la Tricolor.
Y ya que así empezamos, por lo menos mantengamos la línea y sigamos repitiendo conceptos: aunque es uno de los momentos de más disgusto en la historia del fútbol tico, lo mejor que le pudo pasar a Costa Rica fue aquella nevada de Denver en marzo.
Ahí todo cambió para bien.
Costa Rica es líder de la hexagonal con 14 puntos por eso.
Costa Rica está invicta en su nueva casa por eso (porque de paso, cuál Saprissa, ayer el Estadio Nacional vibró como nunca).
Costa Rica está al borde de clasificarse a su cuarta Copa del Mundo a nivel Mayor por eso.
Costa Rica está unida como muy pocas veces sucedió antes por eso.
Desde ese día, los jugadores fueron otros. La afición también.
Las ganas y la entrega de los primeros es de reconocer y halagar. Ya no hay ni uno que guarde la pierna o no corra una pelota.
Mientras que el apoyo incondicional de los segundos es de agradecer y alabar. Ya nadie silba o abuchea a ninguno de los jugadores.
Sentimiento. Hoy es sábado, así que ojalá que en este momento su reloj marque que ya se consumió la mañana. Eso significa que celebró hasta altas horas o que tuvo uno de esos sueños largos y placenteros.
Si vio el compromiso de ayer eso lo tiene garantizado.
No se preocupe, se merece ese descanso hasta tarde pues seguro se erizó cuando se cantó el Himno Nacional, seguro gritó a todo pulmón con la anotación de Johnny Acosta, seguro brincó lo más alto que pudo con el tanto de Celso Borges y sufrió demasiado hasta que Joel Campbell metió el gol.
Eso sí, guarde un poco de energías, porque a como está esta Selección, el martes toca todo de nuevo.
Quizás hasta más, porque con todo el país empujando como lo está haciendo, el martes a las 8 p. m., 4,5 millones de costarricenses con camisa blanca, azul y roja estarán en la calle diciendo: “Oi, tudo bem, vamos para o Brasil”.