Que nadie se engañe, la Selección Nacional sí tiene presión ante Honduras

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Guápiles, Pococí. Todos los miembros de la Selección se dedicaron en los últimos días a despejar esa vibra en el aire de que el partido del viernes ante Honduras no tiene ninguna presión.

Su argumento es que aunque no hay una clasificación al Mundial en juego (por lo menos no la de Costa Rica), sí lo está el honor, la cima de la Concacaf y un puesto en la lista de los que van a Brasil el otro año. Viéndolo desde ese punto de vista, están en lo correcto.

“Que no les quepa la menor duda de que vamos a ir a hacer lo mejor de nosotros, por el bien del país y por la satisfacción de nuestra gente, que ama el fútbol. Estamos comprometidos en que vamos a darlo todo en Honduras”, expresó el lunes Jorge Luis Pinto.

El timonel de una vez le marcó la cancha a la prensa, al público y quizás hasta uno que otro jugador que pudo haber llegado a la concentración con una sonrisa relajada en vez de un ceño fruncido.

La declaración de inmediato obtuvo respaldo en sus dirigidos.

“Tenemos el mismo orgullo y la misma dignidad que antes de empezar la eliminatoria. Nosotros vamos a ir a jugar como sí aún no tuviésemos nada. ¿Por qué vamos a regalar algo si a nosotros no nos regalaron nada?”, adujo el volante Celso Borges.

Las razones. Es que, primero, en un partido ante Honduras nunca hay permiso para perder.

El clásico centroamericano tiene todo ese picante necesario para poner a hervir el corazón de hasta los jugadores más fríos. Más cuando se juega de visitante, a estadio lleno, contra un rival obligado y con un recuerdo de 0-4 del 2009.

“No es una revancha, pero es la oportunidad de ganar allá. Es posible si hacemos un buen partido, ya que tenemos todas las condiciones para hacerlo. No queremos volver a hacer el ridículo en ningún lado”, adujo el portero Keylor Navas.

Segundo, ser “campeón” de la región significa prestigio, subir en el ránquin FIFA y hasta obtener mejores fogueos de cara a la cita planetaria. También se emularía lo conseguido por la generación del 2002, considerada una de las mejores de la historia costarricense.

“Vamos con todo. Lo único que nos ha hecho entender el ‘profe’ es que hay que ganar, porque esos tres puntos son importantes si queremos clasificar de primeros”, expuso el volante Yeltsin Tejeda.

Y tercero, a la Copa en Brasil solo van 23 jugadores y hasta ahora en la eliminatoria jugaron 39. Aparte de transparentes, las matemáticas también son crueles.

“Más bien, ahora viene lo más duro, que es pulsear un campo. Yo quiero ir al Mundial y sé que mis compañeros están pensando lo mismo, por eso hay que exigirse demasiado”, apuntó Diego Calvo.

Dicha mentalidad no son solo palabras, pues se notó el lunes durante todo el entrenamiento en Proyecto Gol, al igual que sucedió ayer en los pocos minutos a los que la prensa tuvo acceso en Pococí.

En ambos hubo esfuerzo, motivación, gritos de aliento y jugadores agotados, consecuencia inequívoca de la presión por ganar. Colaboró Marcelo Poltronieri.