Polémica acompañó la salida de técnicos ticos de los Mundiales

La controversia fue “fiel compañera” de Bora, Guimaraes y ahora Jorge Luis Pinto

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Con bronca, desacuerdos y serias acusaciones, el colombiano Jorge Luis Pinto forzó una nebulosa en el fútbol costarricense al dejar cerrado su exitoso pasaje en la última Copa del Mundo, en Brasil 2014.

Apenas 20 días después de firmar su salida en forma invicta del torneo, hasta los cuartos de final, el estratega cerró las puertas de la renovación para un nuevo contrato, por “diferencias” incompatibles con miembros de su cuerpo técnico y ante la imposibilidad de elegir entre dos y cinco nuevos ayudantes.

“Si no puedo elegir un cuerpo técnico a mi gusto, con mi lealtad, no puedo estar aquí. Me sentí solo, di la pelea, y eso no me va a pasar más. Prefiero aguantar hambre, pero no voy a aceptar eso. Por eso yo me voy”, enfatizó Pinto el jueves.

“Dormí con el enemigo año y medio, pero en aras de la selección de Costa Rica lo entendí, lo acepte”, fue su principal denuncia ante los periodistas, sin dar nombres. Anteayer, en una emisora peruana, identificó en su acusación a su asistente Paulo César Wanchope.

Después, el exgoleador refutó con vehemencia cada uno de los señalamientos del suramericano.

Por su parte, el jerarca de la Fedefútbol, Eduardo Li, admitió que no pudieron coincidir con Pinto en varios aspectos, como el de la “conformación del cuerpo técnico”.

En medio del desaguisado quedó clarísimo que Pinto no iba a seguir cuatro años más hasta la cita de Rusia 2018. Lo anterior no hizo más que sellar una constante que se hizo tradición cada vez que Costa Rica finaliza una participación en la máxima fiesta del fútbol.

Es, simplemente, que ningún estratega que dirigió a la Tricolor en los cuatro citas mayores de la FIFA tuvo una salida feliz del banquillo, ni se le dio continuidad; se alejó del cargo en medio de la polémica.

1990, 2002 y 2006. Hace 24 años, para el primer Mundial en Italia 90, el yugoslavo Velibor Bora Milutinovic salió del banquillo tricolor y tomó rumbo a Estados Unidos, donde se le ofreció un jugoso contrato para dirigir al Tío Sam en la cita que organizó como anfitrión en 1994.

No le dio ninguna oportunidad a la Federación tica –la presidía, en ese tiempo, el ya desaparecido dirigente de la FIFA, Isaac Sasso– a que le ofreciera una extensión del convenio para el siguiente Mundial.

Apenas se cerró el capítulo en octavos de final, tras la paliza 4-1 que le propinó Checoslovaquia, se presentó al apoteósico recibimiento que tuvo la Tricolor , el 28 de junio de 1990, en un desfile que concluyó en el antiguo Estadio Nacional.

Doce años después, Costa Rica quedó fuera del Mundial 2002, tras perder 5-2 ante Brasil, y su técnico, Alexandre Borges Guimaraes (brasileño que adquirió la nacionalidad costarricense en 1985), no siguió.

La razón fue que sobrevino una ruptura con la Fedefútbol, encabezada por el presidente Hermes Navarro, por varias diferencias, entre las que estuvo que no se le permitía tener su página aguima.com.

“Jamás podía admitir condiciones inaceptables en mi contrato. He sido y siempre seré así. Yo soy de esta madera”, dijo Guimaraes a la prensa el 29 de diciembre del 2002.

Más tarde, Guimaraes se tomó un café con Navarro, limó asperezas y regresó al banquillo tico para el Mundial de Alemania 2006.

Tres derrotas en fila y el peor papel de Costa Rica en un Mundial, en el penúltimo puesto, obligaron a Alexandre a presentar su renuncia a su puesto de seleccionador.

“No puedo aceptar la agresión y las amenazas, en la última semana las críticas se convirtieron en violencia y como parte de esa violencia he sentido amenazada mi integridad y la seguridad de mi familia”, comentó el 3 de julio del 2006.

Un repaso que ratifica que la controversia fue fiel compañera de Bora, Guima y Jorge Luis Pinto.