Panamá se ilusiona y desafía al siempre favorito EE. UU.

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El legendario estadio Soldier Field , de Chicago, será hoy el escenario donde Estados Unidos se sentirá en casa, para luchar por su quinto galardón regional de la Copa de Oro .

No en vano en esa ciudad, del estado estadounidense de Illinois, está ubicada la sede de la Federación de Fútbol de Estados Unidos.

El duelo empezará a las 2 p. m. (hora tica) y pondrá punto final a la edición número 12 del máximo torneo de selecciones de la Concacaf .

Es la quinta final consecutiva y la novena de Estados Unidos en la historia del certamen, que se disputa en forma ininterrumpida desde 1991. Los norteamericanos anhelan ganar su quinto cetro, tras lograrlo en el 91, 2002, 2005 y 2007.

Su rival, Panamá , procura alcanzar su primer campeonato y tomarse la revancha de la derrota que le infringió el equipo del Tío Sam en el 2005, cuando cayó 3-1 en penales, luego de un cerradísimo 0-0, al jugarse el tiempo regular y extra.

El equipo de Julio César Dely Valdés es el primero de Centroamérica que repite en una final de Copa de Oro. Honduras lo hizo en 1991, pero no volvió a acceder a una finalísima; lo mismo le pasó a Costa Rica, que no regresó luego del 2002.

El favorito. Estados Unidos sale como claro favorito a ganar el título, pero se quedará sin su el técnico, el alemán Jürgen Klinsmann, quien antenoche fue suspendido con un partido tras ser expulsado a los 87 minutos por el árbitro tico Wálter Quesada, en la semifinal que el anfitrión ganó por 3-1 ante Honduras.

En consecuencia, Klinsmann no podrá dirigir hoy y cumplirá el castigo mirando el encuentro desde el graderío. El estratega lamentó lo sucedido ante Honduras y le pidió disculpas al costarricense.

“Sé que mi comportamiento no fue correcto, pero nos estaban dando palos de todos los tipos y él (Walter Quesada) no sacaba una tarjeta para nada. Eso me llevó a hacer lo que hice por frustración”, reconoció ayer Klinsmann, en vísperas del enfrentamiento contra Panamá.

Consultado sobre si los planes se alterarían ante su ausencia, el llamado Kaiser K respondió rotundo: “Para nada, todo sigue igual”.

Pese a la baja alemana, el esquema y estilo de juego de Estados Unidos, con buen toque de balón, triangulaciones y excelente defensa no cambiará. Su marca en la Copa es perfecta, con cinco triunfos en fila.

“No será igual mirar al banquillo y no ver la figura de Klinsmann para darnos ánimo y corregir errores, pero antes del partido seguro que nos motivará lo suficiente para que hagamos bien las cosas como hasta ahora”, recalcó a la prensa DaMarcus Beasley, lateral izquierdo y capitán de Estados Unidos.

Como dato adicional, esta es la segunda vez que el estadio Soldier Field es la sede de una final de este torneo, luego de que en el 2007 los locales superaron 2-1 a México.

Junto al lago Michigan, la casa inaugural del Mundial 94 tiene 90 años (abrió en 1924) y se espera que esté repleto, con 61.500 personas.