El técnico mexicano Miguel Herrera se mostró ayer convencido de que la selección que dirige saldrá victoriosa del Estadio Azteca frente a Nueva Zelanda.
“Estamos seguros que va a ser un partido disputado, pero vamos a ganar, eso sí. ¿Finiquitar la serie? Ojalá, queremos lograr un marcador que nos permita esa posibilidad”, afirmó, tras la práctica en el Coloso de Santa Úrsula.
Herrera dijo que la seguridad que tiene en la victoria no significa que se menosprecie a su rival, sino que confía plenamente en el trabajo de sus jugadores.
“No será un partido fácil, si se hace fácil es por lo que hagan los muchachos dentro de la cancha. Vamos a hacer pesar nuestra casa y llevarnos una buena ventaja, buscaremos ganar los dos partidos, en eso pensamos” , añadió.
Herrera presumió de haber estudiado hasta el cansancio las armas de los All Whites .
“Tienen su fortaleza en el juego aéreo, en el balón a la cabeza, en el balón centrado, a la gente grande que tiene; la mejor forma de evitar que ellos nos cabeceen es cortando los centros”, adelantó.
Difícil. Por su parte, el técnico de Nueva Zelanda, Ricki Herbert, reconoció ayer la superioridad de México, pero recordó que la vuelta va a ser “dura” para su rival.
“Siempre será como misión imposible para Nueva Zelanda (ir a un Mundial); el reto está ahí frente a nosotros, amamos estos retos”, aseguró el seleccionador, antes de reconocer el Estadio Azteca.
“No tenemos falsas expectativas, este va a ser un partido muy difícil para nosotros”, agregó Herbert, admitiendo la “gran presión” que existe para que los aztecas se clasifiquen a Brasil 2014.
El técnico reconoció que la baja por lesión del capitán Winston Reid será notable, pero aseguró que aprovechando la alta estatura de los Kiwis tratarán de hacer su “mejor actuación posible”.
De hecho, Herbert dijo que un empate no sería un mal resultado para ellos, tal como lo fue en el repechaje del 2009, cuando logró clasificar a Sudáfrica 2010, por la ventaja que les dio igualar el primer juego contra Bahréin.