La Selección de México se juega sobre la gramilla del Estadio Nacional muchísimo más que solo el orgullo; en realidad, es el último chance de evitarle un golpe de aproximadamente $600 millones a la economía de su país.
Esa sorprendente cantidad es el cálculo actual de los $550 millones en que se fijaron las pérdidas, en el caso hipotético de haber fallado en la carrera hacia Sudáfrica 2010, cuando el terror de esa posibilidad no estuvo ni cerca de asomarse en los aztecas.
Ahora, con la catástrofe a 90 minutos de distancia, la prensa y la economía mexicana hacen eco de una realidad que nadie en el país desea, ni los amantes del Tri ni aquellos que apenas entienden de fútbol, pero están claros en las repercusiones del fallo.
“No es solo pérdidas para México, sino, también para la FIFA. Gran cantidad de mexicanos iría a Brasil y, por lo tanto, sería una gran cantidad de ingresos que se perderían”, señaló el periodista azteca Juan Carlos Ibarrarán, de la cadena MVS Televisión.
Ahí entra a jugar la otra parte, pues se calcula que esa inesperada eliminación, podría costarle a la FIFA pérdidas del 10% de los ingresos totales presupuestados.
“De los 600,000 aficionados que se estima visitarán Brasil durante la Copa del Mundo, más de 50,000 serían mexicanos”, aseguró el director de administración y finanzas del Instituto Brasileño de Turismo Tufi Neto, en declaraciones reproducidas por rotativo azteca El Economista .
Neto añadió que “México es un país prioritario para Brasil. El mercado mexicano en 2012 fue de 62,000 personas en Brasil, quienes estuvieron por motivos de negocios o de turismo”. Colaboraron David Goldberg y Diego Ureña.