Aquel furgón cargado de dudas con que llegó México al Mundial se quedó parqueado en el abandono, muy lejos del cuartel azteca en Brasil.
Ese equipo deslucido de la eliminatoria de la Concacaf que tuvo que ir de milagro al repechaje para llegar hasta la fiesta grande, parece que quedó en el olvido.
El triunfo sufrido ante Camerún 1-0 devolvió el sabor de ese Tri que sale a pelear de tú a tú contra el rival que sea y en el escenario que sea.
Sufrido sí, pero no por mala actuación. Todo lo contrario, los mexicanos fueron muy superiores al combinado africano en el estadio Das Dunas, en Natal.
La angustia llegó no por desperdiciar ocasiones de gol, sino porque las que hacían eran mal invalidadas por el cuarteto arbitral.
Muy temprano, al minuto 11, ya México se ponía arriba con gol de Giovanni Dos Santos, quien robó la espalda de los centrales, pero el línea número uno, Humberto Clavijo, se equivocó al marcar posición prohibida.
De inmediato aparecieron las caras de susto, porque ya había un precedente muy fresco. Apenas un día antes Brasil recibió ayuda arbitral para derrotar a Croacia.
Pero México continuó con su dominio y soltura haciendo pedazos el muro defensivo camerunés con velocidad por los costados, una de las fortalezas de los aztecas.
Pronto otro gol anulado. Otra vez Giovanni Dos Santos aprovechó una confusión en la zaga africana y de cabeza marcó, ni siquiera dudas habían de que estaba bien habilitado, pero otra vez el línea Clavijo marcó fuera de juego. ¡No se lo creían los mexicanos!
La sentencia. La leve mejoría de Camerún duró solamente 15 minutos, los últimos del primer tiempo.
Pero para la segunda mitad del partido México regresó a su esencia y fue más allá.
Sin llegar a ser arrollador, el Tri sometió a los africanos en el medio campo y lo maniató en defensiva, amén de la inoperancia de Samuel Eto’o, la estrella camerunés que se nota pesado.
Y tanto fue el agua al cántaro que se rompió.
Al 60' Dos Santos quedó cara a cara con el arquero camerunés Charles Itandje, pero el meta logró tapar y despejar, sin embargo, el mexicano Oribe Peralta aprovechó el rebote y puso el 1-0.
La tranquilidad se apoderó de los aztecas, ni el aguacero que caía desde el pitazo inicial preocupaba.
Como la lógica lo dicta, Camerún se volcó con todo al frente, pero solo sirvió para dejar en evidencia que carece de criterio en ofensiva.
Depende mucho de lo que pueda hacer Eto’o, pero el veterano atacante ya no es aquel pícaro letal frente al marco rival.
El triunfo no solo le devolvió esa confianza a México, sino que lo mete de lleno en la pelea por un cupo a la segunda ronda.