Por tercer juego consecutivo, Lionel Messi volvió a ser la figura de una selección argentina que marcha a paso perfecto hacia los octavos de final de Brasil 2014.
La Albiceleste selló ayer el boleto a la siguiente fase con tres juegos, tres triunfos y cuatro goles de su capitán, que ayer marcó un doblete ante la combativa Nigeria, que no se dio por vencida un solo minuto.
Figura en los dos primeros duelos del torneo, con goles agónicos que le dieron sendos triunfos a una adormitada Argentina, Messi repitió la receta ante los nigerianos, pero esta vez desde el primer minuto.
El estadio Beira-Rio fue ayer escenario de uno de esos duelos “clásicos” del fútbol contemporáneo.
Desde que se vieron las caras en EE. UU. 94 –la tarde en que el dopaje se llevó a Diego Armando Maradona–, Argentina y Nigeria parecen predestinadas a enfrentarse.
Dos finales olímpicas, una final del Mundial Sub-20 y tres partidos en la Copa del Mundo, precedían al juego en Porto Alegre.
Y en su cuarto choque mundialista, ninguna de las dos decepcionó. Desde el pitazo inicial, le obsequiaron a la afición uno de los encuentros más intensos del torneo, un partido de ida y vuelta en la cancha y el marcador.
Apenas al minuto 3, Messi puso el 1-0, al recoger el rebote de un disparo de Ángel Di María que se estrelló en el vertical y quedón rebotando dentro del área.
En la víspera, el astro argentino cumplió 27 años y aquel gol tempranero pintaba como el mejor regalo que podría darse, pero Ahmed Musa apareció un minuto después para igualar las cifras y postergar la alegría del cumpleañero.
A pesar del empate, Argentina no bajó la guardia, mantuvo la presión sobre el arco africano y sería al filo del descanso cuando conseguiría el 1-2.
Al 45’, con un tiro libre impecable y algo de complicidad del arquero Vincent Enyeama, Messi puso otra vez arriba a la Albiceleste .
Para los nigerianos, era un déjà vu de las tres anteriores derrotas, pero sobre todo de la final Sub-20 en Holanda, donde argentina se dejó el título con dos goles de penal del inquieto Lionel.
Seis jugadores de aquel monarca juvenil saltaron ayer a la cancha de Porto Alegre (Messi, Garay, Zabaleta, Gago, Agüero y Biglia), frente a solo uno de los nigerianos, John Obi Mikel.
El peso de la historia no menguó el ímpetu africano y apenas al regreso del entretiempo (47’), Musa volvió a emparejar las cuentas con un toque dentro del área.
Tres minutos después y por tercera vez en el juego, Argentina tomó la delantera cuando Marcos Rojo se encontró un balón tras un tiro de esquina y, con la rodilla derecha, lo envió a descansar a la red.
Las embestidas de Nigeria por el empate que no llegó, le dieron más emociones a un juego que podría marcar el despertar de la Albicelenste favorita al título y de un Lionel Messi que aún le debe una corona a Argentina.