Kingston. El Atleta Jamaiquino es el nombre de la obra de Alvin Marriot que engalana la entrada del Estadio Nacional de Jamaica.
Es un gigante de cemento con una pista de atletismo cuyo espacio central se aprovecha para, ocasionalmente, jugar fútbol.
En la misma entrada se encuentran esculturas que sirven de homenaje a Merlene Ottey, Herb McKenley y Donald Quarrie. Tan solo entre ellos tres ganaron 17 medallas olímpicas.
Así que no señores costarricenses, el Estadio Nacional de Jamaica definitivamente no está consagrado al fútbol.
Pero aún así sigue siendo una cancha muy buena para la práctica del balompié.
Ayer la gramilla se veía en buen estado, a pesar de que el césped estaba un tanto largo y se notaban algunas pequeñas irregularidades en el terreno.
La gradería tiene espacio para 35.000 espectadores, pero solo 28.000 se habilitaron para este partido eliminatorio.
Mientras que ayer, bajo un sol abrasador, se realizaban los últimos retoques para la inspección FIFA que se hará hoy.