La Selección Nacional emociona a Costa Rica con triunfo

El 3-1 de ayer ante Uruguay fue histórico, emocionante, pero sobre todo, merecido

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Fortaleza, Brasil. Joel Campbell remata de zurda y gol: hay ilusión. Óscar Duarte se lanza de cabeza y gol: hay locura. Marco Ureña cruza de derecha y gol: hay respiro.

En este momento tales son los tres flashazos que logran colarse entre un cerebro que todavía procesa demasiadas emociones.

Unas horas después del pitazo final del alemán Felix Brych todavía hay mucha adrenalina circulando por el cuerpo. Los dedos se mueven solos sobre el teclado.

Escriben odas de 14 futbolistas que ayer protagonizaron uno de los mejores partidos en la historia de un pequeño país, hoy mucho más que nunca, el más feliz del mundo.

Una se titula “Keylor, el salvador”, otra “Bryan, el grande”, otra “Joel, el crack”... Quizás la película sobre su gesta no deba esperar unos largos 24 años para hacerse.

Señoras y señores, ¡qué juego!

Desde el penal que cometió Junior Díaz hasta el patadón que recibió Campbell ayer fue una montaña rusa de sentimiento y pasión futbolística. En la primera de esas acciones, al 24’, se sufrió; en la segunda, al 94’, se puteó, pero siempre con el corazón en la mano y con la bandera pegada a los labios.

Es que hay que entender la magnitud de lo que sucedió ayer en el estadio Arena Castelão, ante la presencia de casi 60.000 personas: la Selección Nacional bajó con todo mérito a un excampeón del mundo, al cuarto lugar de Sudáfrica 2010, al actual campeón de América.

Aquellos que le ensartaron a la tapa de un periódico el humillante “Costa Pobre” ahora podrán ponerle “Uruguay, no más”.

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El día de la juramentación oficial de la Tricolor , Ruiz, por ser el capitán, tomó la palabra y dijo: ‘Sepan que vamos a sorprender al mundo’. Hoy, sin duda, ya nadie está pensando en cenicientas.

Factores. Todo eso la Tricolor lo alcanzó con apego a la táctica de un técnico que con estos resultados se despedirá del cargo después de Brasil: no habrá cómo sostenenerlo. Buena suerte, don Jorge Luis.

Su pizarra desgastada y su trabajo excéntrico fueron más que la historia y la tradición. Casi tres años de repetir, repetir y repetir hasta pulir el esquema casi a la perfección se tradujeron en el 3-1 más bello que se pueda recordar.

Además, los hoy héroes de Costa Rica se fajaron fuerte ante los grandes nombres, ante las dos estrellas sobre el escudo de una federación. A los Cavani, a los Forlán, a los Lugano les metieron pierna, les sacaron pecho. Los hicieron pensar: ‘Estos se están jugando la vida’. A veces eso es más determinante que tener la pelota por todos los 90 minutos.

Sin embargo, cuando las dos premisas se juntan se puede aspirar a cosas como que Costa Rica sea el flamante líder del grupo D, ese bloque que en el sorteo en diciembre hizo que todos los equipos del orbe vieran a la Tricolor con lástima.

Reacción. Uruguay quizás terminó ganando la primera parte; no obstante, no había sido superior a la Sele.

Después del penal, el cual convirtió Edinson Cavani, la Celeste tuvo, tal vez, unos diez minutos de toque, en el que solo inquietó a Navas en una ocasión. La respuesta no pudo ser otra que un tapadón de escándalo.

Los uniformados de blanco, azul y rojo, los miembros del único ejército que tiene el país, lo entienderon así en el entretiempo y volvieron a la cancha con la mentalidad que suelen tener los grandes equipos . Pues hoy, en el mejor escenario posible, lo son.

Apareció entonces la fantasía con Christian Bolaños y la velocidad con Cristian Gamboa. El taquito y el pique fueron vitales para el empate de Campbell (54’), quien de paso, con lo que mostró ayer se colocó en otra galaxia.

Luego, el talento y el criterio de Bryan Ruiz con la pelota fueron fundamentales para sacar una falta que el propio Bolaños puso en la cabeza de Duarte para clavar el segundo dardo (57’).

Finalmente la sexta marcha de Ureña fue esencial para sentenciar (83’) a unos incrédulos charrúas, vencidos por el “débil”, ese que cuando gana así es un “milagro”.

Con el primero de tres que tienen que pasar, Costa Rica volvió al mapa futbolístico y de qué manera. Demostró que tiene disciplina, personalidad, técnica y agallas.