El éxito de aquella camada Sub-20 que hizo historia en el Mundial de Egipto elevó demasiado alto el listón para una generación de la que se esperaba más.
Si bien el aporte de Cristian Gamboa y Bryan Oviedo por las laterales ha sido más que indiscutible en este proceso, dos jugadores de entre todo un equipo que alcanzó un cuarto lugar tiene que verse como demasiado poco.
No solo por ese logro, sino por la calidad de muchos de los nombres que ahí brillaron y hoy ni siquiera están en lista de espera.
“Pudieron haber sido un par de jugadores más sin duda, especialmente en esta selección tenían que haber más adentro.
“Los dos laterales fueron un punto altísimo en Egipto pero creo que todos vimos a Diego Estrada y el nivel que demostró, ni qué decir de Esteban Alvarado, pero ya todos conocemos que lo de él no sucede por algo deportivo”, aseguró Rónald González, el hombre detrás del banquillo en esa gesta.
El timonel reconoció que en el proceso también aparecieron otras figuras como Allen Guevara o Diego Madrigal, pero que a estos les faltó constancia y continuidad durante el camino por la eliminatoria.
Tampoco se ve en el panorama a Marco Ureña, perdido desde hace mucho tiempo en el fútbol de Rusia pues fuera de nuestras fronteras su nombre no trasciende.
Sorpresas. Caso contrario fue el Mundial Sub-20 de Colombia 2011, donde según González se metieron a la Tricolor más jugadores de los que incluso él mismo vaticinó.
“Lo de Colombia es una sorpresa, nadie dudaba de Joel (Campbell) porque conocíamos de sobra su talento, pero el crecimiento de Yeltsin (Tejeda) y Diego (Calvo) ha sido espectacular. Diego no era titular, no digo que no aportara pero él no era titular, así que hay que alabarle todo lo que está haciendo en su carrera”, aseveró el técnico.