Jorge Luis Pinto: Del odio al amor

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En el 2012, el colombiano Jorge Luis Pinto regresó al banquillo de la Selección Nacional, seis años después de haber sido cesado de ese puesto.

Venía sin bigote, después de dirigir clubes de su país, Venezuela y Ecuador, y tener un paso frustrado por la Selección de Colombia, pero con el mismo librillo de trabajo, proceso y disciplina con que llegó a Costa Rica en el 2002 para llevar al título a Alajuelense.

Su regreso generó dudas en una parte de la afición y el periodismo que hasta apostó con él que la Sele no clasificaba a Brasil, ceñidos en que su metodología de trabajo no llevaba a ninguna parte.

Pero Pinto se mantuvo firme a las críticas y abucheos para, no solo conseguir el boleto a la Copa Mundial, sino escribir la que hasta ahora es la página más gloriosa del fútbol tico.

El martes, el timonel colombiano fue declarado hijo predilecto de la ciudad de San José, junto con todo el plantel nacional.

El pergamino y las medallas que recibirá cuando regrese al país, serán la mejor muestra de la admiración cosechada por el cafetero, que difícilmente continuará a cargo de la Tricolor.