Javier Mascherano no porta el gafete de capitán, pero sigue siendo el ‘jefecito’ de Argentina

El argentino representa a una generación cansada de frustraciones

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Belo Horizonte. La entrega, el sacrificio, el esfuerzo y el liderazgo son características que transforman a Javier Mascherano en el corazón de esta Argentina finalista.

Además su ascendencia en el vestuario, el “Jefecito” representa una generación que luego de tantas frustraciones está a un paso de escribir su nombre en las páginas más gloriosas de Argentina.

A pesar de ser el único deportista argentino con dos oros olímpicos, Mascherano necesitaba esta campaña mundialista que enterró 24 años sin llegar a una semifinal.

Con estos 600 minutos jugados, el segundo capitán argentino fue el emblema de esta plantilla que buscará la tercera corona el domingo en el mítico estadio Maracaná.

“Mascherano es un baluarte, un símbolo, él se sacó un gran peso de encima al pasar a semifinales. Es el único jugador que tiene doble medalla olímpica y todos los técnicos que lo conocen se lo quieren llevar a su equipo” , enfatizó ayer el seleccionador Alejandro Sabella.

En ese mismo sentido, el referente histórico albiceleste, Diego Armando Maradona en su programa televisivo De Zurda definió al conjunto argentino como “Mascherano y diez más”.

La ascendencia del actual jugador de Barcelona en este grupo se expresa en algunas postales que han dejado estos seis partidos.

El duro cruce verbal con la figura suiza, Xherdan Shaqiri, en los octavos de final disputados en el estadio Itaqueirao, fue una motivación para todos sus compañeros en el agónico triunfo en prórroga con gol de Ángel Di María.

En la arenga previa a los cuartos de final ante Bélgica en Brasilia, el Jefecito a sabiendas de lo importante que era dar ese paso, miró a la cara a sus compañeros y les dijo: “Estoy cansado de comer tanta m... Vamos a entrar en la historia”.

También desde su despliegue y entrega generó contagio en sus compañeros cuando se levantó luego de perder el conocimiento ante Holanda o en el último esfuerzo ante Robben al final del juego.

Por último, en la previa de los penales ante los holandeses, apartó al portero Sergio Romero y le dijo: “Hoy te convertís en héroe”.

Dueño de la cinta de capitán antes de brindársela con orgullo y admiración a su compañero y amigo Lionel Messi, el gladiador Javier Mascherano sintetiza el sueño de un equipo que, ante Alemania, tendrá su batalla final.