El triunfo de la Selección Nacional ante México le dio un día perfecto a Costa Rica

El gran juego del equipo y el ambientazo que se vivió en el Nacional se unieron para darle un gran regalo a la afición

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Perfecto. Ayer todo fue simplemente perfecto. Por lo menos lo que sucedió en el Nacional.

Fue uno de esos días en los que uno quiere gritar a los cuatro vientos: ¡gracias por nacer tico!

El extraordinario partido que hizo la Selección, el increíble ambiente en el estadio, la valiosa victoria, ver al “poderoso” México a punto del llanto, la anotación de Bryan Ruiz, la de Álvaro Saborío... Todo.

La Tricolor se despidió de la eliminatoria justo como tenía que hacerlo: ganando y ganando bien.

Además defendió a muerte su Estadio Nacional, al cual quizás ya haya que empezar a llamar fortaleza, pues no perdió un solo punto en el durante esta hexagonal.

Y, finalmente, le otorgó el mejor regalo posible a una afición a la que, le costó convencer a lo largo de estos cuatro años de proceso, pero que ahora tiene metida en el bolsillo pase lo que pase.

Por eso, aunque ya el equipo estaba clasificado al Mundial de Brasil 2014, 35.000 personas llenaron de nuevo el reducto de La Sabana y le entregaron todo el corazón. Por eso y porque no se puede obviar que tener a los aztecas en la cuerda floja sustituyó cualquier vacío emocional que alguien pudiese tener tras haber obtenido el boleto antes.

Disfrutar. Ayer era el turno de disfrutar. Y vaya que se hizo, porque da gusto cuando la Tricolor se mata como lo hizo ayer en la cancha y da gusto ver a un rival sufriendo y poniendo sus esperanzas en otro lugar, pues se dio cuenta que en territorio tico el camino estaba sellado.

Quedó la sensación de que se puede pelear con cualquiera, tal y como se hizo con México, que por más que está en un momento gris, sigue contando con su trayectoria.

Queda la ilusión de que con este equipo se puede soñar con algo importante en el Mundial.

Una vez más: todo fue perfecto.

Es que ni siquiera hubo que sufrir o estar pegados de una calculadora o de un reloj, porque por primera vez en quién sabe cuánto tiempo, se estaba del lado seguro de la ecuación. ¡Qué diferencia a lo que se vivió hace cuatro años con aquel 2-2 en Estados Unidos!

Lo más era estar de cerca a un televisor con el juego en Panamá. Lastimosamente no aprovecharon. Las condolencias a los canaleros, sabemos lo que se siente.