Cristiano Ronaldo: santo luso, a media máquina

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Un espejismo, una sombra del ídolo que cargó al Real Madrid a sus espaldas por buenos tramos de la temporada... Eso es lo que nos trajo Portugal a Brasil: una triste excusa del Cristiano Ronaldo merecedor del Balón de Oro.

Aún así, a media máquina y con apenas restos para correr en el pesado clima de Manaos, CR7 es lo mejor y –no solo en mercadeo– lo más vistoso que tiene esa limitadísima selección lusa.

Un buen refrán dice que “a buen hambre no hay pan duro”. Y no es la posición del entrenador Paulo Bento o los demás compañeros dar quejas de Ronaldo, por más tieso que esté.

“No parecía haber ningún problema con Cristiano Ronaldo. Lo que pasó durante el partido tiene que ver con los otros jugadores”, señaló ayer Bento, después de que un centro de Ronaldo salvara la poca esperanza lusa.

Intenta, como ha intentado la federación desde la previa, esconder la situación de su súperestrella. Pero es imposible esconder a los ojos del planeta fútbol que Ronaldo no está en su mejor condición.

Aunque los números finalmente no lo demuestran: ante Estados Unidos corrió más de nueve kilómetros, remató siete veces y sirvió 29 pases buenos.

En la escasez. Puede que Bento prefiera tapar el tema de Ronaldo a sabiendas de que le aquejan mayores problemas en la selección.

Ayer tuvo cuatro variantes obligadas, tres por lesión (Rui Patricio, Fabio Coentrao y Hugo Almeida) y una por expulsión (Pepe). Tras de cuernos palos: el ariete Helder Postiga dejó la cancha dolido, al 16’.

Por eso Ronaldo pasó la mayoría del partido metido en el centro del ataque, que no es su posición. Aunque también tuvo que meterse por izquierda, por derecha, por donde fuera para salvar al equipo.