Ninguna lágrima, ni malos gestos afloraron en sus rostros, en realidad, en el quinto y sexto piso del Hospital México resonaron aplausos y porras a favor de la Tricolor , luego de que acabó la tanda de los penales.
La algabaría provenía de familiares y voluntarios quienes, ayer, se apostaron junto a las camas de ocho jóvenes que luchan contra un rival conocido: el cáncer.
Los partidos de la Selección de Costa Rica ante Uruguay, Italia, Inglaterra, Grecia y, ayer, ante Holanda, les confirmaron que nada es imposible cuando se persevera.
“Todo se puede, las barreras son mentales”, dijo Jafeth Morales Guerrero, un joven de 26 años, quien hace frente a un tipo de cáncer en piel y huesos.
Nadie mejor que él para dar testimonio de lucha: justo en la mañana de ayer, Morales había pasado por una cirugía y seguía conectado a aparatos, aún así, luchaba por mantener los ojos abiertos para seguir a la Tricolor .
“La Selección va a ganar, soy positivo” dijo el guapileño, quien cayó en un profundo sueño, antes de que acabara el primer tiempo.
Al despertar, minutos antes de que llegaran los penales, el joven no dijo nada más y, aún ante la derrota, mantuvo una mirada de paz.
Buen ánimo mantuvieron también otros tres jóvenes quienes, como él, enfrentan un cáncer.
Un piso abajo de la sección de varones, en el quinto nivel, cuatro jóvenes atendidas por cáncer nunca declinaron su apoyo a la Tricolor .
“Yo no soy tan fiebre, pero acá lo contagian a uno”, contó Graciela Chavarría Ramírez, una alajuelense de 17 años, quien ha dado grandes pasos contra una leucemia .
Sin limitarse por su traqueotomía -apertura en el cuello para la respiración-, Nicole Vargas Castro susurró: “Soy morada”, para dejar claro su gusto por el balón.
Esta vecina de Naranjo, de 18 años, recibe tratamiento por una neuropatía -lesiones el sistema nervioso-, pero se mostró atenta al duelo de la Sele contra Holanda.
En el Hospital México, estos ocho jóvenes reciben apoyo del Proyecto Daniel , creado para atender a pacientes de 13 a 24 años. “Ellos son campeones, ¿quién dudaría de su valor?” Nadie, ni la Sele , es la respuesta de la madre de este proyecto, Ligia Bobadilla.