Copa de Oro 2013: Cómo perderlo todo al minuto 1

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Baltimore, Maryland. Honduras fue ayer, una vez más, la “bestia negra” de Costa Rica en los cuartos de final de la Copa de Oro.

Para lograrlo, la H no necesitó un equipo con grandes figuras, mucho menos un fútbol espectacular, le bastó solamente la ineficiencia ofensiva de la Tricolor que quedó demostrada desde el primer minuto del partido.

Porque fue ahí cuando la Selección Nacional comenzó a regalar el boleto a semifinal; porque apenas a los 90 segundos de juego que, en una de esas jugadas increíbles que tienen el sello de Álvaro Saborío, el capitán tricolor desaprovechó la opción que pudo haber cambiado la cara al duelo.

Sabo cerró al segundo palo un centro de Cunningham desde la derecha y, a dos metros del arco, la envió a un costado del vertical.

Durante los primeros 20 minutos Costa Rica fue superior. Cierto que tras el error de Saborío, la Tricolor no fabricó otra opción de gol, pero tampoco pasó apuros durante ese lapso.

Aplomada en defensa, presionando la salida y llevando la pelota al pie, los ticos tuvieron pleno control de las acciones.

Honduras prefirió pasar el picaporte, cerrar líneas en espera de un contragolpe letal y, al 31’, por poco la encuentra gracias a un desborde por la banda izquierda que acabó con un derechazo de Jorge Claros pegado al vertical.

Fue la primera de una seguidilla de opciones que tuvieron los catrachos aprovechando el portillo que Juan Diego Madrigal y Júnior Díaz les abrieron por las bandas.

Esa presencia en el área hizo que el primer tiempo terminara con la sensación de que Honduras era el señor del partido.

Tristemente para los ticos, el sentimiento se convirtió en gol apenas en los albores del complemento. Los catrachos volvieron del descanso con más ímpetu que la Sele y, al 48’, Andy Nájar clavó la daga que valdría el boleto.

Alexánder López centró desde la banda derecha directo a la cabeza del “14” catracho, que le robó la espalda a Madrigal para poner contra la pared a los ticos.

Fue un doble golpe para la Sele , porque su descuido no solo les costó la desventaja en el marcador, sino que despertó al monstruo hondureño de 20.000 cabezas.

Al 61’, Saborío volvió a perdonar a los catrachos, en un mano a mano con Donis Escober que el ariete nacional reventó contra el arquero.

Después de ahí Costa Rica fue un dominador de papel; dueño de la pelota y el nervio, pero tan peligroso como un pollito de peluche.

Mientras Honduras se limitaba a disfrutar cómo todo el estadio M&T Bank festejaba cada barrida, cada rechazo y cada pelota ganada, los ticos veían correr el reloj, incapaces de escribir una historia diferente en la Copa de Oro .