São Paulo y Santos, Brasil. Sesenta y cuatro años después Brasil tiene de nuevo un Mundial en casa.
Los libros cuentan de que para ese entonces no había ninguno de sus habitantes dudara que saldrían campeones del orbe. No lo fueron, pero solo por que aconteció la sorpresa más grande en la historia del deporte: el Maracanazo.
No obstante, hoy, las opiniones que se encuentran en la calle están divididas. Por lo menos en la ciudad de São Paulo y Santos hay demasiados sentimientos encontrados.
Unos dicen que hay potencial para levantar el cetro, otros que no. Luego están los que ni siquiera apoyan a la Copa en general.
Por ejemplo, Nenê Belarmino, exgloria del famoso club Santos, está montado sobre la carroza del triunfo. Quizás su gen futbolístico lo obliga a llenarse de motivación cada vez que el calendario le dice que pasaron cuatro años.
“Hay capacidad para conseguir el ‘hexa’. Estoy seguro de eso. Pero en torneos así, mucho depende del primer partido. Será vital ganar para tomar confianza”, aseguró quien porta la camiseta 10 del Peixe , luego de que se marchara Pelé.
El periodista de O Globo Esporte Lincoln Chaves también ve las posibilidades con buenos ojos.
“Estamos bien. Por el apoyo de la gente sé que no tendremos problema contra los más fuertes como España, Alemania o Argentina. Los únicos que me preocupan son Uruguay y Francia, por la historia. Ahí habrá algo de presión. Aunque no sé si esos dos llegarán largo”.
Más escépticos. Sin embargo, son quienes están un poco más lejos del gremio los que consideran que ver a Thiago Silva con el trofeo será algo sumamente complicado. Ojo que eso no quiera decir que no sepan de fútbol. En Brasil prácticamente todos saben de fútbol.
Adriana, lavandera, argumentpo que no cree que Brasil entre, tan siquiera, en los últimos cuatro.
Aunque es de Santos, no confía en Neymar.
“Lo conocí una vez y no me cayó bien. Además, creo que no es tan bueno como para sostener al equipo. Es muy individual”, aseveró.
José Roberto, taxista, manifestó que la Canarinha tiene una buena defensa, pero no tiene nada de mediocampo. Le hace falta un 10.
“Solo tenemos jugadores defensivos en esa zona. Ahí es donde históricamente tuvimos a nuestros nombres más grandes”, expuso.
Además, señaló que a los atacantes les falta más olfato de gol.
Mientras tanto, João , otro taxista, manifestó que ni siquiera verá los partidos, dado que está en desacuerdo por la organización y ejecución del certamen.
“Tenemos muchas necesidades en este país. Económicas y sociales. No era el momento para hacer un Mundial y gastar tanto dinero en construir estadios”, expuso.