Bosnia-Herzegovina, la única selección debutante en Brasil 2014, perdió ayer toda posibilidad de continuar en la Copa del Mundo al cabo de dos partidos y en circunstancias crueles.
Primero, le fue anulado un gol válido de Edin Dzeko, por un fuera de juego inexistente sancionado por el árbitro Peter O’Leary, quien minutos después concedió a Nigeria un tanto gestado tras una falta evidente.
La derrota por 1-0 dejó sin puntos a los Lirios Dorados , a los que la mala suerte acosó desde su debut en el Mundial.
Apenas a los dos minutos de su primer juego mundialista, el defensor central Sead Kolasinac marcó en propia meta el autogol más tempranero en la historia de los Mundiales y allanó el camino de lo que sería la victoria final de Argentina por 2-1.
Esas dos derrotas dejan a los bosnios con cero puntos en el último lugar del Grupo F y sin posibilidades de clasificar a octavos de final, aunque le gane a Irán en el último juego de la primera fase.
“El encuentro transcurrió como lo había imaginado. Ha sido un partido muy abierto entre dos equipos que buscaban la victoria, y se han creado multitud de ocasiones en los dos extremos del campo”, reconoció el técnico Safet Susic, luego del duelo ante los nigerianos.
“Nosotros disfrutamos de muchas oportunidades y no aprovechamos ninguna; el rival tuvo una y marcó un gol. Solo me resta felicitarles”, agregó.
Por su parte, los africanos resaltaron el envión anímico que puede representar el triunfo de ayer –el primero de Nigeria en un Mundial desde 1998–, de cara a lograr la clasificación a octavos de final.
“Esta victoria puede dar un impulso importante y llenarnos de confianza. Y si pasamos a octavos, ya sabemos qué puede pasar, quizá repetir lo de la pasada Copa de África de Naciones, donde fuimos de menos a más hasta ser campeones”, dijo Peter Odemwingie.