Argentinos viajaron en masa para soñar en el Maracaná

Medios de ese país calculan que hay 70.000 compatriotas de Messi en Brasil para apoyar a su selección

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Rio de Janeiro, Brasil

Una verdadera marea argentina llenaba de celeste y blanco las inmediaciones del estadio Maracaná antes del inicio del partido entre la selección de Lionel Messi y Bosnia - Hersegovina, debut del sueño mundialista albiceleste.

De las norteñas provincias de Salta y Santiago del Estero, pasando por San Lorenzo (Santa Fe, centro-est), hasta Ushuaia (sur), las banderas en la puerta del mítico estadio mostraban a argentinos de todo el país que viajaron a Rio de Janeiro para el primer encuentro de la selección que dirige Alejandro Sabella.

"Somos unos veinte, llegamos por grupos y nos juntamos acá. Hay gente que vino en auto, otra en bus, otros en avión. Somos todos de San Lorenzo y Serodino, al norte de Rosario, de donde viene Mascherano", contó Miguel Machado, de 34 años, en la esquina del Maracaná frente al Bar e Lanchonete dos Esportes.

Los argentinos cantaban, paseaban y se tomaban fotografías frente al estadio con capacidad para unas 75.000 personas que se espera esté colmado por decenas de miles de simpatizantes albicelestes.

"Esto es lo más grande del mundo", decía excitado Fernando Carvajal, del barrio porteño de Caballito y vestido con la camiseta número 9 de Gonzalo Higuaín.

El partido Argentina-Bosnia Hersegovina, por el Grupo F que integran además Bosnia e Irán.

Según el periodista del diario argentino La Nación, Martín Castilla, en el interior del Maracaná hay un 90% de argentinos y el resto son en su mayoría brasileños, pero que por el ambiente en este mítico recinto parece estar más en Buenos Aires o La Plata en lugar de estar en Rio de Janeiro.Fue lo más parecido a un partido en la cancha de River Plate, en Buenos Aires, cuando se convierte en escenario de los grandes duelos internacionales de Argentina.

“Brasil, decime qué se siente, tener en casa a tu papá ”, bramaban por momentos los aficionados a coro y con cadencioso ritmo musical, en una letra que por primera vez desplegaron en una de fútbol. El “ensayo” de la multitud se produjo un día antes, cuando millares de hinchas se tomaron la playa Copacabana en una reunión que convocada a través de las redes sociales y difundida rápidamente por el boca a boca.

Aunque Brasil ganó cinco copas del Mundo y Argentina dos, los argentinos se sienten por lo menos iguales porque superan en títulos a sus rivales en otros campos como la Copa América, la Copa Libertadores y el balompié de los Juegos Olímpicos.

El canto dedicado a Inglaterra es más simple y son los recuerdos de cuando en 1982 Argentina perdió una guerra de 74 días con la corona británica por la posesión de las islas Malvinas (Falklands) en el Atlántico Sur.

“¡El que no salta es un inglés!", “¡El que no salta es un inglés!”, cantaban los argentinos en la antesala del partido, aunque en este caso es un viejo grito pero enarbolado por primera vez en el Maracaná. Los recuerdos para Inglaterra fueron efímeros, para Brasil, mucho más sostenidos.

“A Messi lo vas a ver, la Copa nos va a traer, Maradona es más grande que Pelé”, finaliza así la obra del ingenio popular dedicada a Brasil, que por el medio de su letra recuerda el gol de Claudio Caniggia en el Mundial de Italia 1990 que eliminó a los brasileños.

La cercanía con Brasil fue el resorte que impulsó a los argentinos a cruzar la frontera por tierra y aire. En principio, no fue visible la presencia de barras bravas, hinchas violentos argentinos, centenares de los cuales tenían sus boletos.

“Somos locales otra vez”, decía una bandera que cubría las espaldas de dos hinchas argentinos que entraron abrazados al estadio.

“Este partido va a pasar a la historia del fútbol por que le invadimos el Maracaná”, dijo Sebastián Torres, de 29 años, quien junto con su amigo Aldo Novoa tardaron tres días en un viaje en automóvil particular para llegar a Río de Janeiro desde la ciudad argentina de Pilar.

“Y ya lo ve y ya lo ve, somos locales otra vez”, fue otro de los cantos preferidos de los argentinos, que al parecer también podrían copar los estadios de Belo Horizonte y Porto Alegre, cuando la Albiceleste juegue con Irán y Nigeria, respectivamente.