Ayer, como pocas veces ocurre en el fútbol, hubo dos ganadores en el estadio Beira-Río de Porto Alegre. Aunque el marcador fue de 2-3 a favor de Argentina, Nigeria también ganó.
Lo demostraron muy bien los jugadores africanos al final del partido. Sonrientes, intercambiaban camisetas con los suramericanos y se marchaban abrazados hacia el camerino.
Perdieron en la cancha, cierto, pero la victoria de Bosnia-Herzegovina sobre Irán, a esa misma hora en Salvador de Bahía, le aseguraba el boleto a los octavos de final del torneo.
Tras el cotejo, el técnico nigeriano, Stephen Keshi, se mostró contento de haberse clasificado a la siguiente ronda –como segundo lugar del grupo F– y agradeció a la prensa de su país y a los aficionados nigerianos por haber ayudado a conseguir el boleto.
El timonel lamentó que durante el primer tiempo ante Argentina, sus muchachos no jugaran con el carácter del segundo periodo y perdieran algunas de sus señas de identidad por tenerle “demasiado respeto” a Argentina.
“Lo bueno es que en el segundo tiempo tratamos de jugar al fútbol, manteniendo el control del balón y con posesión. Es nuestro estilo, a nosotros nos gusta atacar, ese es nuestro modo de jugar”, resaltó.
El estratega también tuvo palabras de admiración para el astro argentino Lionel Messi, que ayer anotó los dos primeros goles de Argentina e igualó al brasileño Neymar en la cima de los máximos artilleros del Mundial.
“Como saben, es un extraordinario jugador, es algo que no le podemos quitar. Es un jugador bendecido y lo respetamos. Hay otros jugadores de alto calibre en Argentina que son muy fuertes, pero Messi es de Júpiter”, afirmó.
En la otra acera, el técnico argentino Alejandro Sabella destacó el buen nivel mostrado por su equipo, que ayer se aseguró el primer lugar del grupo F y jugará ante Suiza, el próximo martes en Sao Paulo.
“Vamos tomando ritmo de juego. El equipo mejoró, estuvo bastante en control de la pelota y pudo dañar al rival. Hubo muchas opciones para llegar al gol”, dijo.
Para Sabella queda la preocupación por la floja labor de la última zaga y la lesión del delantero Sergio Agüero, que debió ser reemplazado en el primer tiempo.
El de ayer, fue el cuarto triunfo de Argentina sobre Nigeria en los Mundiales, tras las victorias 2-1 en EE. UU. 94 y 1-0 en Corea-Japón 2002 y Sudáfrica-2010.