Paralelo a la carrera por la triple corona, los Tigres y los Orioles están luchando por ingresar a la postemporada y, quizá, algo más.
Para Detroit cada temporada no hay mañana. Es preciso sacar provecho, cuanto antes posible, del equipazo que tiene.
Es mucho decir que se tuvo juntos a un histórico del bateo, como el venezolano Miguel Cabrera, y a uno de los brazos más poderosos de su generación, como Justin Verlander, y no se levantó ni un solo título de Serie Mundial. Además de tantos otros astros que juegan en el equipo.
La barrida del año pasado en el Clásico de Otoño, ante unos inspirados Gigantes, solo sirve para acrecentar la exigencia.
Los Tigres controlan, sin problemas, su división y es muy probable que sean reyes de la Central por tercer año consecutivo.
Más difícil la tienen los Orioles, en una dura División Este que está al rojo vivo.
Boston es líder, con dos juegos de ventaja sobre Tampa Bay y cinco juegos y medio sobre Baltimore. Los Yanquis, a ocho juegos y medio, aún no salen de la pelea.
Los Orioles tienen una historia reciente más humilde, pues en el 2012 volvieron a play-off , después de 15 campañas sin clasificarse.