Con la experiencia como bandera y la cautela como enseñanza, la Selección de Costa Rica de fútbol Salón espera clasificar, como primer objetivo, a la segunda ronda del Campeonato Panamericano de Futbol Salón por iniciarse el próximo jueves en Asunción, Paraguay.
La tarea costarricense no será nada fácil pues los rivales a enfrentar son de alto cartel internacional.
La Tricolor está ubicada en el Grupo A, junto a selecciones de gran cartel internacional como las de Brasil, Bolivia, Ecuador y la anfitriona, Paraguay.
El técnico nacional, Luis Javier Chavarría, afirma que si bien es cierto los rivales son fuertes y respetables, los nacionales cuentan con jugadores de gran experiencia.
"Contamos con una base de nueve jugadores que lograron el octavo lugar en el campeonato mundial de 1997 en Monterrey, México; junto con otros que han llevado un proceso serio durante mucho tiempo".
La selección nacional iniciará su participación el próximo jueves 21 de octubre frente a Brasil, actual campeón del mundo, en el polideportivo del Club Sol de América, con capacidad para 35.000 espectadores.
"El primer partido es fundamental si queremos pasar a la siguiente ronda", aseveró.
Según el técnico, sus pupilos ya los conocen, pues fueron derrotados por los brasileños en el mundial de México.
"Son muy técnicos y rápidos, tenemos que estar concentrados en defensa y ser letales en el ataque, pues no podemos darnos el lujo de fallar opciones para anotarles, ellos no las van a desperdiciar".
Agregó que el hecho de que el Panamericano sea en Suramérica lo hace más complicado para los ticos.
"En esas latitudes, el jugador de futbol salón son profesionales que ganan entre $3.000 y $4.000 mensuales (¢880.000 y ¢1,1 millones), eso marca diferencia con respecto a nuestros jugadores que no ganan nada".
Cartas de triunfo
Allan Inneken es la principal figura de la Tricolor, dada su experiencia en la liga profesional venezolana.
Confiesa que espera que la selección saque su casta en los momentos cruciales.
"Ellos son muy buenos y técnicos, nosotros tenemos que esperar el momento preciso para atacarlos, pues al ser ellos tan abiertos al ataque también dejan muchos espacios que nosotros debemos aprovechar".
Otra de las cartas de triunfo que presenta el representativo nacional es el capitán Diego Solís, quien a sus 36 años aporta la experiencia de tres copas mundiales y representa la comunicación directa entre el banquillo y el campo de juego.
"Nosotros hemos mejorado en muchos aspectos, ahora practicamos la rotación de cuatro jugadores, lo que nos da más dinámica", dijo el distribuidor.
Añadió que el equipo "maneja el contraataque como ningún otro, por lo que siento que si mantenemos la concentración podemos pasar a la siguiente ronda y buscar cosas mejores".
Con la esperanza de hacer un buen papel, la selección de futbol salón espera consagrar su sueño.