Spurs se vengan del Heat con absoluta supremacía

El mejor equipo de la liga coronó las finales al machacar al bicampeón Heat

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En la marca, en la rotación del balón, en la puntería... En inteligencia y mucho más. Los Spurs fueron mejor en todo, destrozaron la dinastía del Heat antes de que se consolidara y, de paso, levantaron su quinto anillo de la NBA.

También se tomaron la venganza de las finales pasadas.

Con el triunfo del quinto partido, por 104-87 en San Antonio, los Spurs constataron su superioridad sobre todos los demás equipos de la liga, incluso sobre ese Heat de LeBron James que jamás se esperó ser tan brutalmente superado en las finales.

El Rey, despojado de su corona, batalló hasta salir lesionado de la cancha, dio todo lo que pudo en 41 minutos con 31 puntos y bajó 10 rebotes; pero no fue suficientec contra un equipo que juega el mejor baloncesto de conjunto.

James sufrió a manos del tridente mayor, ese de Tim Duncan, Manu Ginóbili y Tony Parker; y del nuevo y fulgurante tridente, ese que comanda un gigante Kawhi Leonard y acompaña un sacrificado Boris Diaw y un eléctrico Patty Mills. Todos jóvenes.

Esos son seis de las luminarias. También están Danny Green, Tiago Splitter y otros más, porque ahí todos son estrellas.

Leonard fue galardonado el MVP de las finales. El más joven desde que un prometedor Duncan se consagrara en las finales de 1999. ¿Qué tienen ambos en común? El coach Gregg Popovich los formó, así como formó a este excelente cuadro campeón.

El alero de 22 años marcó 22 puntos y 10 rebotes. Ginóbili puso 19 unidades, Mills (5 triples) puso 17 y Parker, que pasó tres cuartos sin anotar, puso 16. Duncan marcó 14 puntos y ocho rebotes.

Insuficiente. El Heat empezó acelerado. LeBron tomó el rol de armador y las cosas parecían fluir. El Rey anotó 17 puntos en el primer cuarto para que Miami tomara una ventaja de 29-22.

Por lapsos de ese cuarto la diferencia llegó a ser de 16 y parecía que los bicampeones tenían la fuerza para cambiar la historia.

Rápido vino el ajuste. Leonard tomó la batuta y, ayudado por Manu, comandó una despiadada remontada. Para el mediotiempo San Antonio ganaba 47-40.

El tercer cuarto fue aún peor. Al Heat le tomó casi cinco minutos anotar y cuando logró encestar los Spurs, cruelmente, le acabaron de nublar las ilusiones con dos triples de Mills y uno de Ginóbili para estirar a 21 la ventaja. Paliza, otra vez, y esta vez en San Antonio. La serie terminó con un diferencial de 70 puntos.

La ventaja bajó y subió, por pequeños instantes el Heat se ilusionó, pero sistemáticamente los Spurs se encargaron de aniquilar cualquier atisbo de esperanza.

James se fue temprano. Frustrado y lesionado fue a sufrir a la banca a seis minutos del final y de la coronación de los Spurs.