Sorpresa, el Barça no es el favorito...

El Bayern Múnich tiene más de la mitad de la Selección de Alemania.

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Caracas. Un club que está cerca de conquistar la triple corona en Europa y cambiará su técnico para buscar un futbol menos bárbaro, más elegante e igual de eficiente, merece nuestra admiración más reverencial.

Es el “Monje de Baviera” o Bayern Múnich en su original alemán. Con la Bundesliga en el bolsillo, y en semifinales de la Copa de Alemania y de la Liga de Campeones de Europa, a Jupp Heynckes le agradecerán sus servicios prestados y le abrirán la puerta de par en par a Josep Pep Guardiola, el creador del más fabuloso ballet futbolístico hasta ahora conocido: el Futbol Club Barcelona de Messi, Xavi e Iniesta, el mismo que tendrá al frente hoy, a la 1:45 p. m. (hora de Costa Rica).

Al parecer, Beckenbauer, Rummenigge, Uli Hoeness, dueños y mandamases del Bayern, no se contentan con ganar.

Buscan sentir orgullo, persiguen la excelencia, no quieren más una topadora, anhelan ser la Sinfónica de Múnich.

Y de Europa. O alguien les dijo que para ganar más millones con el marketing deben darle un toque de romanticismo a su juego, volverlo menos feroz y más estético.

Quién sabe; Hoeness y Rummenigge no parecen dos enamorados del arte ni de la ópera. El destino, que en futbol es siempre caprichoso, quiere que se topen en una instancia tan crucial el ex y el futuro equipo de Pep.

Y por primera vez en años quien enfrenta al Barça es favorito de la cátedra y de los hinchas. Es entendible, el Bayern tiene más de la mitad de la Selección de Alemania: Schweinsteiger, Lahm, Kroos, Boateng, Thomas Muller, Badstuber, Mario Gómez, Neuer...

Y están otros internacionales: Ribery, Javi Martínez, el austriaco Álaba, el croata Mandzukic, que en su primera temporada en el club lleva 21 goles (no jugará por suspensión).

Los brasileños Dante, Rafinha y Luiz Gustavo, el zaguero belga Van Buyten, el veterano Claudio Pizarro, de Perú...

Como para armar dos selecciones y clasificar las dos al Mundial. Tienen con qué sentirse favoritos los de Múnich.

No obstante, tal vez han alardeado demasiado en los últimos diez días. Que “no tenemos miedo”, que “van a ver lo que les espera”, que “cuando vengan a Múnich...”.

Siempre que se choca con el Barça lo sano es la prudencia. Juega Messi ahí. Nadie sabe, a ciencia cierta, cómo está Leo de su lesión.

Si al cien por ciento, al 70. Eso es lo que va a marcar el partido. Si está bien, todo es posible con él. Hace un gol de cualquier cosa. Inventa uno, sirve otro.

No es el típico goleador, pero es. No es el tradicional delantero, pero es.

No es el clásico “10”, pero es. No es nada y es todo. En los últimos meses, cuando el Barça se empezó a despintar, se notó más que nunca lo gigantesca que es su dimensión.

Todo el mundo se percató de que los otros son buenos, pero sin Messi no parecen capaces de ganar grandes batallas. Aunque estén todos juntos, sin él están solos. Esto no habla bien del Barça.

Lo creíamos mucho más colectivo, pero igual en los momentos clave es un cuadrazo. Alemanes confiados, abstenerse...