Pablo Arboine fue uno de los pocos puntos a destacar de la Selección Nacional que enfrentó a Guatemala y perdió 1 a 0.
El defensor del Saprissa se entregó al máximo, impuso carácter en la zaga, se barrió cuando debió y se paró fuerte. De ocho duelos disputados ganó siete y cuando fue superado en uno, consiguió rechazar el centro que sacó el futbolista chapín.
El buen desempeño del morado fue tal que después del cotejo aseguró que terminó muy conforme con lo que mostró el equipo patrio, pese a que el resultado fue negativo.
“Muy contento por lo que hicimos, creo que aunque perdemos por un contraataque, el equipo tuvo mucha personalidad”, afirmó.
Arboine habló de que individualmente sabía que esta era una prueba de oro, sobre todo porque desde hace dos años no se ponía la camiseta del conjunto tico.
Pablo fue una de las piezas claves de Saprissa en el bicampeonato, al punto que fue titular tanto con Jeaustin Campos como con Vladimir Quesada y demostró su polifuncionalidad porque jugó como lateral derecha y como central.
“Tenía como dos años de no estar en la Selección, era algo que esperaba con ansias, pero era consciente que debía canalizar esas ansias de forma correcta. Siento que aproveché la oportunidad, salgo muy satisfecho, grupalmente salimos contentos con algunas cosas, pero obviamente el resultado no era lo que queríamos”, admitió.
El jugador aceptó que la Tricolor está en una carrera contra el tiempo porque la competencia está a la vuelta de la esquina.
Costa Rica debutará en la Copa Oro el 26 de junio ante Panamá.
“Creo que falta más creérsela, estamos muy cerca de la competencia, debemos igualar a los rivales y superarlos”, sentenció.
Por último, el zaguero aseguró que esperan cambios en la alineación para el partido del martes contra Ecuador, el último amistoso previo al certamen, a las 6 p. m.
“El profe quiere ver a todos, es muy importante levantar la mano. Me siento bien físicamente, cuando a uno lo llaman a la Selección no hay cansancio, todo queda de lado”, concluyó.