Corearon sus nombres, gritaron sus goles, aplaudieron y apoyaron cada una de las acciones de los jugadores de la Selección Nacional.
El Estadio Nacional cobró vida, las más de 30.000 almas en La Joya de La Sabana se hicieron sentir, fueron el jugador número 12 que no se cansó de motivar a los integrantes del combinado patrio que se entregaron en la cancha, para darle una victoria de 2-0 frente a los Estados Unidos y culminar un cierre de ensueño de la eliminatoria rumbo a Catar 2022.
Con las anotaciones de Juan Pablo Vargas y Anthony Contreras los cimientos del coloso de La Sabana cimbraron y cada atajada de Keylor Navas se cantó como un gol, en una noche apoteósica, llena de vibras positivas, un entorno mágico que tuvo su propia voz, que cobró vida para alentar a los futbolistas jóvenes que se vieron arropados por una hinchada incondicional.
La Tricolor quedó sembrada para el repechaje, es cierto que no se ha clasificado a la Copa del Mundo y es necesario jugar entre el 13 y 14 de junio ante Nueva Zelanda en Doha, Catar, para sellar el boleto a la Copa del Mundo, pero las sensaciones y el inigualable aliento de la barra tica, jamás podrá ser olvidado y es claro que será la gran inspiración del equipo de todos.