Hoy hace un año: Italia 0-Costa Rica 1: De proeza a leyenda

La victoria de la Sele sobre los italianos, en el Mundial Brasil 2014, combinó emoción, éxtasis, llanto e historia.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

---

Bryan Ruiz abre sus brazos y vuela hacia el festejo, el estadio explota, la mancha roja lo grita con fuerza, la piel se eriza, lo increíble es real... las lágrimas son inevitables.

Todos corren a celebrar con el 10 de la Sele, Pinto explota de alegría y a miles de kilómetros Costa Rica se funde en un abrazo gigante. Goooooooool.

El marcador cambia, Balotelli arruga la cara y Pirlo lo lamenta. Buffon solo atina a recoger la pelota de su arco y Prandelli sencillamente no lo puede creer.

[[BEGIN:INLINEREF LNCVID20150616_0011]]Es el minuto 44 [[END:INLINEREF]]y en el país del futbol nace una leyenda que será recordada por siempre.

Once hombres vestidos de blanco con traje de gladiadores derrotan a sus oponentes de sangre azul. Épico, notable, real...

Los excampeones del mundo doblan la rodilla y caen, intentan levantarse pero no pueden porque Yeltsin no los deja. Mete pierna, derrocha coraje y le anula las ideas a Pirlo y lo convierte en un mortal más dentro del campo.

Ver más

Celso lo acuerpa, juega a sus anchas y mira al frente con propiedad; Bolaños regatea y Júnior bloquea su parcela hasta robarse los aplausos de la enloquecida feligresía volcada a favor de una Tricolor indomable.

Desesperado, Balotelli intenta engañar al árbitro, reclama y hace cara de niño malcriado.

La silbatina desde la tribuna le recrimina. Pipo González lo mantiene a raya, le respira en la nuca y le recuerda el gran pecado que cometió: ninguneó a la Sele y menospreció a un país entero que a la distancia también entró a la cancha a sudar la camiseta.

El tiempo expira, la euforia crece, la victoria toma forma y el gol de Bryan se agiganta.

El pitazo consuma la victoria, la proeza de Italia 90 le cede su lugar a la leyenda de Brasil 2014.

Lea además