Ciudad Panamá. Mientras la selección de Honduras se apresta a conquistar el título de la Copa Uncaf, en Panamá, la dirigencia del fútbol catracho intenta que la FIFA le quite el castigo de una fecha impuesto al Estadio Metropolitano de San Pedro Sula, para recibir a Costa Rica el 28 de marzo en la hexagonal.
La petición fue planteada en el Congreso de la Concacacaf que se celebra en Miami, Estados Unidos, donde asisten personeros de la FIFA.
La H recibió el castigo porque algunos de sus aficionados lanzaron objetos a la cancha en el partido ante Panamá, del 11 de noviembre, que perdieron 0-1.
Jorge Salomón, presidente de la Comisión Normalizadora de la Federación Nacional de Fútbol de Honduras (Fenafuth), dijo la justificación a los medios de comunicación de ese país.
"Hay una posibilidad (de que se suspenda el castigo). Vamos a ver qué podemos explorar. Se está nombrando un nuevo comité para discutir las multas y las sanciones de Conmebol y la Concacaf, y queremos reunirnos con la Comisión de Disciplina para estudiar el caso", aseguró Salomón.
En diciembre, José Ernesto Mejía, secretario general de la Fenafuth, aseguró que el castigo de la FIFA era injusto y que lo apelarían.
En aquella ocasión, los aficionados lanzaron objetos a la cancha que pudieron lesionar a los jugadores panameños o los árbitros. Además, Honduras recibió una multa de $40.000 (¢22,4 millones).
Otras alternativas. De no lograr que se revoque la sanción, Honduras deberá jugar ante la Tricolor en el Estadio Nacional Tiburcio Carías Andino de Tegucigalpa, la capital.
El inmueble fue la casa habitual de los catrachos para las eliminatorias antes del 2002, cuando la azul y blanco empezó a usar el Metropolitano, caracterizado por fuertes temperaturas.
Sin embargo, también analizan recibir a la Sele los escenarios del Francisco Morazán, también en San Pedro Sula, y el estadio de La Ceibeña, en La Ceiba, aunque estos dos últimos no están certificados por la FIFA para encuentros eliminatorios.
La idea de llevar a los costarricenses al Morazán y La Ceibeña pasa por el tema climático, pues el calor de esa región del caribe hondureño es desgastante, así como la cercanía de la afición a la cancha, lo que supone una presión extra.
No obstante, al no estar certificados y por ser de un menor aforo que el Tiburcio Carías, al que le caben 35.000 personas, la mayor probabilidad es que el partido sea en la capital catracha. Por ejemplo, la capacidad de La Ceibeña es de apenas 15.000 y al Francisco Morazán le caben 18.000.
De vuelta a la Copa Centroamericana, Honduras y Costa Rica se enfrentan este viernes a las 5:30 p. m.
Si los pupilos de Jorge Luis Pinto vencen a la Tricolor, automáticamente se proclamarán campeones. De no hacerlo, deben sumar puntos ante Belice el domingo.