De dormir en un camerino a ser la sorpresa de la Selección

El habilidoso volante de Carmelita Jonathan Martínez, quien es oriundo de Puerto Viejo de Talamanca, en Limón, es la novedad en la lista del técnico Rónald González

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Una explosión de júbilo, abrazos y felicitaciones, se vivió en la casa del jugador Jonathan Martínez en el centro de Alajuela.

Junto a su padre, José Antonio Martínez, su madre, Yanira Solano, y sus hermanos, Leyner y Royser, el volante de Carmelita observó con atención en la televisión, el llamado de Rónald González para los partidos de fogueo ante Corea del Sur y Japón.

---

Al escuchar su nombre, su mamá no pudo contener la felicidad, se fundió en un abrazo con su hijo de 20 años, quien a su corta edad ya tiene a cuestas un Mundial Sub-17, en Chile 2015, y uno Sub-20, en Corea del Sur en 2017.

Oriundo de Puerto Viejo de Talamanca de Limón, a los 12 años se trasladó a Alajuela a vivir para forjarse un futuro como futbolista, sacrificando su familia, pero en poco tiempo los frutos de su esfuerzo se han visto recompensados.

El volante creativo, de perfil derecho, de muy buena técnica, quien se caracteriza por ser muy buen pasador y llegar con facilidad al área rival, debutó en el Torneo de Verano 2016, y hasta la fecha acumula en total 38 juegos con los verdolagas y cinco tantos.

“Siento mucha felicidad. Uno siempre quiere estar en la Selección. Ahora mi deseo es aprovechar la oportunidad de la mejor manera y dar mi mejor esfuerzo. La convocatoria la vi en la casa con mi familia. Fue un gran momento para todos”, confesó Martínez.

Su teléfono no cesa de sonar. Llamadas de felicitaciones y de medios de comunicación. Todo el mundo quiere hablar con el joven futbolista que sonríe tímidamente ante las consultas.

“Vivíamos en Puerto Viejo y después nos trasladamos a Limón centro. Allí, con 12 años, un compañero (Yael López) me invitó a ir a jugar un partido al barrio San José de Alajuela, donde los entrenadores de Carmelita me vieron y me invitaron a ir entrenar en el equipo”, recordó Martínez.

La transición de su Limón a la Ciudad de los Mangos no fue sencilla, pero no desmayó en su afán de convertirse en un jugador profesional pese a todos los inconvenientes. Le tocó dormir en el camerino del Complejo Wílmer López, junto a Andy Reyes y Suhander Zúñiga. Después que terminaba el último partido y se cerraba el inmueble, los jóvenes se acomodaban en unas colchonetas para dormir. Pese a todas las incomodidades, siempre mantuvo la meta de sobresalir en el fútbol.

“Los dos primeros años no fueron fáciles. A veces tenía que ir a entrenar sin desayunar porque la plata no alcanzaba. Nadie sabe el sacrificio que hicimos en aquellos días para estar en el equipo, pero ahora uno ve la recompensa. Que valió la pena por todo lo que pasamos”, admitió Martínez.

Las cosas cambiaron cuando su familia se trasladó a Alajuela, dos años después, no solo para apoyarlo a él, sino también buscando un mejor futuro laboral para sus hermanos..

Con el buen rendimiento mostrado por Carmelita en el Apertura 2018, Jonathan y sus compañeros soñaban con un llamado a la Tricolor por lo que estaban expectantes a la lista.

"Lo conversábamos entre nosotros, que podía haber una oportunidad en la Selección, gracias a Dios se nos dio. En Carmelita somos como una familia, todos nos apoyamos. Este llamado es una responsabilidad, pero también una oportunidad, por lo que esperamos acoplarnos lo más rápido posible a lo quiere el técnico, porque van a venir grandes cosas”, añadió Martínez.

Jonathan ahora se prepara para el viaje Asia nuevamente, pues ya estuvo con la representación juvenil en un Mundial, pero no se imaginaba volver tan pronto y menos con la Sele mayor.

“Es un viaje muy largo, pero sinceramente lo anhelaba, son oportunidades que da la vida y esperamos aprovecharlas, pues un jugador siempre quiere ser tomado en cuenta en la Selección”, reiteró Martínez.