Anthony Contreras, el goleador sin cabida en Alajuelense y Saprissa con campo fijo en Qatar

Anthony Contreras es uno de los futbolistas que comanda la sangre joven en la Selección de Costa Rica. Él enamoró a Luis Fernando Suárez con su forma de jugar y es uno de los elegidos para Qatar

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Nadie mejor que Anthony Contreras para pregonar que absolutamente nada es imposible. A sus 22 años vive lo que ni siquiera soñaba.

Verlo como uno de los elegidos por Luis Fernando Suárez para abordar el avión mundialista de la Selección Nacional de Costa Rica hoy no sorprende a nadie.

Pero eso es ahora, porque hace unos años era algo impensado hasta para él mismo.

Hasta los 15 años, Contreras no había sido parte de las divisiones menores de un club en Costa Rica.

“Por entonces era pura calle, puro barrio. Jugaba por jugar, porque me gustaba. La cancha en la que crecí la llamábamos ‘la Pelona’, porque obviamente estaba pelada y era pura tierra. Pero sabíamos que íbamos ahí y nos divertíamos al máximo pese a las condiciones de la cancha”, relató Anthony Contreras en el sitio oficial de la FIFA.

Fue entonces cuando Fabián Silva, el pastor de la iglesia a la que iba su familia en un complicado barrio de Pavas, le ofreció conectarlo con un mecenas que lo ayudara con los gastos para probarse en diferentes equipos.

“Vio que yo jugaba, que tenía condiciones. Fue a los 15 o 16 años. Fui a hacer pruebas pero no me aceptaban”, recordó.

Él no encontró cabida en Saprissa ni Alajuelense y eso lo lleva a la reflexión de que le costó todo desde el principio.

“Pero hubo un último cartucho, que fue el Herediano. Después de cada rechazo llegaba la desmotivación, pensaba que no lo iba a lograr. Era el último cartucho porque me habían dicho que intentáramos en ese último lugar. Fui con la mentalidad de darlo todo y mostrarme al máximo. Por suerte fui aceptado, sino hoy estaría haciendo otra cosa”.

Fichado por el Herediano, debutó el 14 de enero de 2017 y tardó un año para jugar su segundo encuentro. En junio de 2019 fue cedido a La U Universitarios y en diciembre fue enviado al Municipal Grecia.

Pasó por Guadalupe y luego lo enviaron a préstamo al recién ascendido Guanacasteca, sin pensar que ahí cambiaría su suerte por completo.

Fue entonces, con 18 goles en 43 partidos, cuando enamoró a Luis Fernando Suárez.

“Uno podría pensar que tal vez es un retroceso pasar de un grande a un recién ascendido, pero traté de tomarlo con una mentalidad diferente, sabiendo que tenía que seguir luchando por mis sueños”.

Contreras admite que fue el primer sorprendido cuando supo que había logrado que Suárez lo volviera a ver.

“Recuerdo que me dijo que hiciera lo que hacía en el club, que le había gustado lo que hacía en Guanacasteca. Soy un delantero muy necio, muy ‘correlón’, que le gusta estar siempre atrás de la pelota, mordiendo a los centrales. Me gustan mucho las diagonales, busco espacios dentro de la cancha y también me gusta tener la pelota, no estar parado en un solo lugar”.

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Con la siete estampada en la espalda, marcó una tijera inolvidable ante El Salvador y anotó ante Estados Unidos, dos juegos claves de la remontada costarricense en la exigente eliminatoria, en la que Costa Rica consiguió ir a la repesca.

Titular en el decisivo repechaje continental ante Nueva Zelanda, su relampagueante irrupción solucionó una de las mayores falencias en su formación.

“No es sencillo darle la oportunidad a un joven en la Selección. En la situación que se vivía, tuvo la valentía de poner a un jugador confiado en lo que había visto, me dio una oportunidad que no era fácil y eso lo guardaré siempre en mi corazón”.

Emitido el pasaje aéreo a Doha tras la victoria ante los neocelandeses, Contreras abandonó los festejos dentro del campo de juego y se fue a la tribuna para celebrar con su papá, don Anthony Contreras, quien había renunciado a su trabajo para acompañarlo al repechaje. Ahí también estaban su hermano Rubén y el pastor Fabián.

Más emocionado que nunca, el futbolista se abrazó a ellos y empezó a llorar. Era una sensación indescriptible para este joven en el que Luis Fernando Suárez siempre creyó.

“Son sentimientos que cuesta explicar. Los abracé y lloramos juntos porque recordé todo el recorrido, las dificultades, haber quedado afuera en varios procesos de menores, quedar afuera de listas definitivas para mundiales, premundiales o preolímpicos”.

”Fue saber que todo el esfuerzo no había sido en vano, la satisfacción del esfuerzo, de pasar por todo lo que tuve que pasar, del barrio conflictivo en que viví. Mi papá me vio pasar por ese proceso. Para mí el fútbol siempre fue mi mundo, lo que más amo, y cuando quedaba afuera de una lista me refugiaba en ellos”.

Está en la disputa del título nacional y estos partidos no han sido fáciles para él. Aquel penal que lanzó mal y que pudo ser lo que evitara la gran final lo hizo ponerse el traje de villano.

Un golpe inesperado, con el que le tocó vivir la parte del fútbol que nadie quiere. Pero el muchacho tiene que levantarse, porque con Suárez es el atacante titular de la Selección Nacional y el Mundial literalmente está a la vuelta de la esquina.

“Estoy muy emocionado por lo que se viene, por la despedida, por el Mundial y todo. Todo esto me recuerda mucho a mi pasado, cuando jugaba en el barrio, que tal vez ni tenis tenía para jugar, pero siempre lo viví con mucha felicidad”, comentó Anthony Contreras.

Fue parte de ese grupo que no solo logró unirse como grupo, sino también como país, porque si tiene algo claro es que ellos lograron la hazaña gracias al país, por ese apoyo abrumador.

“Los sueños se cumplen. Así como me pasó a mí, por mi experiencia y me queda un sueño por cumplir, que es este Mundial y lograr ese objetivo que tenemos de hacer un buen papel, de llegar a ser campeones”.

Sí, leyó bien. Ser campeones en Qatar. Eso lo dicen desde los más pintados como Joel Campbell hasta los jovencitos con ganas de comerse el mundo.

“Aunque parezca descabellado nosotros vamos por eso, vamos con esa mentalidad y así como los compañeros, Celso (Borges), o los demás que estuvieron en 2014, que los llamaron los ‘matagigantes’, así yo quiero vivir esa experiencia en Qatar, que sea así”.

Desde que entró en el grupo de Suárez y partido a partido demostró que es un futbolista de Selección, se sabía que Contreras es uno de los jóvenes que estaban adentro, igual que Jewisson Bennette.

“Todos estábamos peleando por un cupo y es lo que he tratado de hacer, de trabajar a consciencia, más que todo en el campeonato nacional, que estamos compitiendo. Hay muy buenos jugadores compitiendo por querer un cupo y uno no se puede relajar”.

Su papá había renunciado al trabajo para ir al repechaje, pero ahora, ya en el Mundial, sus seres queridos lo verán a través del televisor.

“Lastimosamente ahora no se podrá dar, pero me siento emocionado. Desde casa ellos me están apoyando y sé que están orgullosos”, finalizó Anthony Contreras.