Una buena noticia para  el deporte

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Pensar que la Ministra de Deportes iba a completar los cuatro años de Gobierno era como creer que los jugadores de Limón le iban a decir al árbitro que sí fue gol de la Liga.

La Ministra no tenía experiencia para el cargo; o no se asesoró bien o no escuchaba; nunca supo conducirse ante la prensa y se fue a Mónaco a un Congreso en francés ... solo que no habla francés.

La reseña de tropiezos y polémicas es mucho más extensa; aparece detallada en otras páginas de este diario. Desde el inicio le pesó la sombra de Osvaldo Pandolfo, su antecesor y candidato ideal al cargo. En vez de acercarse y pedirle consejo con humildad, se puso a pelear y atizó las comparaciones y la pregunta que todo mundo se sigue haciendo: ¿Por qué la nombraron a ella?

Fue la primera Ministra de Deportes en la historia de este país. Vaya forma de comenzar. En lugar de abrir brecha y consolidar institucionalmente el ministerio, sembró polémicas y creó dudas. Cada vez que se hablaba del Midepor, era por algún cuestionamiento. Ni el Estadio Nacional le permitió lucirse, esa joyita china regalada, que todavía ni está claro cómo se va a administrar.

Era obvio que la Ministra no iba a poder lanzar los nueve innings de esta administración. Ahora queda el campo libre, y mientras tanto entra un pitcher emergente: el ministro de Turismo, de hábil muñequeo político, que probablemente sabrá limpiar el perfil de una entidad conocida hasta ahora por sus cuestionamientos y por nada más.

A lo mejor sea tarde para tocarle la puerta a Pandolfo cuando se dé el relevo definitivo. Pero si no es él, hay que calcarle la lista de características: conciliador, con mucha experiencia, ejecutivo y apasionado del deporte. Alguien que no llegue a pelear, sino a hacer; que conozca las arenas movedizas de la política y el deporte sin hundirse, que dé la cara y sepa convertirse en líder.

No hay mucho tiempo: el Estadio ya es un bebé que requiere atención y dinero, el gimnasio, la piscina y otras instalaciones hacen fila en la lista de pendientes y en el horizonte despunta el reto de los Juegos Centroamericanos para el 2013, un proyecto gigantesco y absorbente.

También están los Juegos Nacionales, apoyar al CON en la preparación de atletas y combinar adecuadamente deporte de alto rendimiento con recreativo.

Aunque lo más inmediato quizás sea consolidar el Ministerio, demostrar por qué hace falta esa silla en el Consejo de Gobierno, borrar cuanto antes la mala referencia que nos está quedando después de estos meses de vacío e inacción. Porque en este país ya conocíamos los ministerios sin cartera; ahora vimos que también es posible tener un ministerio sin ministro.