La vuelta al Valle, la famosa ruta de ciclismo en el Valle de Orosi de Cartago fue el último escenario donde Bikestation Girls, un movimiento que promueve el ciclismo femenino, reunió a cientos de mujeres para disfrutar de una disciplina que no hace mucho tiempo estaba dominada por hombres, sobre todo si habla del deporte amateur.
Hace apenas ocho años, cuando nació la idea de Bikestation Girls, el primer ride oficial reunió a una veintena de participantes, pero ese número fue creciendo conforme hacían más actividades y este domingo en Cartago se volvió a evidenciar el aumento, con la asistencia de 325 mujeres y 25 hombres, aunque pudieron unirse más sin inscripción, la cual, por cierto, no tiene ningún costo.
En 2014 se lanzó el proyecto mientras un grupo de cinco amigas salían a andar en bicicleta, entre ellas estaba Adriana Sánchez, propietaria de la tienda Bikestation. Ese pequeño círculo significaba apoyo, pero sintieron la necesidad de hacer una comunidad y empoderar a mujeres a practicar el deporte de forma segura y sintiéndose apoyadas.
“Cuando esto nació era un mercado súper reducido y las mujeres no se sentían con confianza porque el esposo, novio o amigos en general andaban a otro ritmo o andaban más distancia y simplemente no se atrevían, por eso nacimos, para ser un grupo de apoyo y decirle que sí podían hacerlo y había rides que ayudaban a sacarlas de dudas y temores”, comentó Sánchez.
La intención nunca ha sido generar un ambiente de competitividad, aunque luego muchas deciden meterse de lleno en carreras. Cada quien puede decidir sus objetivos, pero Bikestation Girls ha logrado ser una red para cualquier ciclista, sin importar su nivel. Así sucedió este domingo, en una ruta exigente donde cada una podía determinar su ritmo y difícilmente se sentiría sola.
“El ride no era fácil, antes se creía o se tenía la idea de que era solo para principiantes, y tampoco estamos abarcando gente que quiera competir en el ride, pero si usted quiere buen ritmo adelante (del pelotón) lo va tener, nivel medio también”.
Cuando no hay un evento organizado, se reúnen grupos de amigas que se han conocido gracias a Bikestation, tanto en el área metropolitana como en Liberia o Pérez Zeledón.
“Se le ha dado empoderamiento a mujeres y cada día son más las que quieren retarse, sentir que pueden hacer cualquier cosa y creo que también ha venido a darle un cambio al ciclismo”. Pero no solo se trata de andar en bici, también aportar conocimiento mediante charlas o talleres de mecánica o nutrición. Eso, señala, tampoco sería posible sin el apoyo del equipo que han creado, en el que también aportan mecánicos, personal de las tiendas y ciclistas élite como José Vega.
La idea nació queriendo ser un espacio de camaradería y apoyo y así continúa, con algunos añadidos, como puestos de asistencia durante la ruta, marcación de la misma y la intención de contribuir a la sociedad de alguna forma. Este domingo se recogieron artículos de aseo personal para la cárcel del Buen Pastor.
Carlos Campos, también propietario de Bikestation y esposo de Sánchez, señala la importancia de ser parte del cambio, y si bien para ellos el ciclismo es su forma de vivir, también es una pasión que utilizan para dejar buenos mensajes o aportar a la sociedad.
“Vivimos en un entorno en que el machismo todavía nos impacta, juega un papel en la crianza, tanto de hombres como mujeres, y no se trata de sexualizar el tema, lo que creo que es establecer puentes, oportunidades, abrir espacios para que haya equidad, que podamos acceder de la misma forma”.
Esa evolución del ciclismo femenino también se hace visible desde la industria y la venta en tiendas, donde hace menos de siete años prácticamente era inexistente una sección exclusiva para mujeres. Ahora eso es totalmente diferente, porque un 36% del total de ventas corresponde al sector femenino.