Temporada de Lakers se define en seis juegos

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Ahora los Lakers -forzados- están obligados a hacer lo que no hicieron en toda la campaña: ganar consistentemente.

Las irregularidades de una temporada llena de lesiones y en la que nunca pudieron jugar como equipo los tiene al borde de la catástrofe.

Una derrota podría significar la primera ausencia de los Lakers en play-off desde la temporada 2004-2005. Algo realmente extraño, pues esta franquicia solo se ha perdido cuatro postemporadas desde que se mudó a Los Ángeles, hace más de cinco décadas (1960).

Entre los culpables se puede señalar el individualismo de Kobe Bryant o el de Dwight Howard, pero lo cierto es que el entrenador Mike D’Antoni nunca pudo implantar su atractivo estilo de juego, o si quiera, tomar las riendas del camerino más difícil de la liga.

Tampoco ayuda que el armador Steve Nash se haya perdido largos tramos del calendario. Una de las explicaciones del porqué este es uno de los peores equipos de la NBA en cuanto a asistencias.

Así está la nave dorada y púrpura, sin idea de a que juega y en el borde del naufragio.

Los Lakers acabaran la temporada regular en una lucha cerrada por la octava plaza del Oeste, en contra del Jazz de Utah, un equipo chato de estrellas, pero que sabe muy bien que quiere hacer cuando toma la pelota en manos.

Ya pasaron la primera aprueba de fuego, el jueves anterior Bryant marcó un atípico triple-doble (dos dígitos en puntos, asistencias y rebotes) y así los Lakers acabaron con cualquier resquicio de esperanza que le quedaba a los Mavericks de Dallas.

Restan seis... Nadie los quiere adentro. Dejar por fuera a los Lakers no es solo saña. Es lo más inteligente que cualquier equipo del Oeste puede hacer.

Sin importar la pésima temporada de los angelinos, nadie, absolutamente nadie, va a querer enfrentarse a Bryant y Howard en la postemporada. Uno, Kobe, te puede anotar 50 o más puntos cualquier día de la semana, y el otro, Dwight, puede bajar unos 20 rebotes.

Mucho menos en una incómoda octava posición, lo que significaría que los mejores equipos se verían expuestos a medirse a ellos temprano en los play-off.

Ganar un partido esta próxima semana en Los Ángeles, definitivamente es mucho más fácil que ganar dos o tres más adelante.

El calendario no ayuda. No solo por la calidad de los rivales que restan a Kobe y compañía, sino también porque hasta el más humilde (Hornets) va a querer saborear el gusto de eliminar a la franquicia más amada y odiada de la NBA.

La definición inicia hoy, con un duro duelo ante sus hermanos menores. Los Clippers de Los Ángeles ya están clasificados, pero juegan por posicionarse mejor en la tabla y así evitar a los Grizzlies en la primera ronda, o bien no perder la ventaja de localía.

El cierre es de infarto y se antoja casi imposible. Warriors, Spurs y Rockets, ya de seguro todos clasificados para ese momento, visitarán el Staples Center con la intención de eliminar a los locales.