Un solo gol bastó para que España se tropezara con todos sus fantasmas de Mundiales pasados.
Como nunca antes en la vida, los españoles llegaron con el carné de favoritos a la cita planetaria; sin embargo, añadió un eslabón más su extensa cadena de tropezones, pifias, caras largas y ceños fruncidos en Copas del Mundo.
Gelson Fernandes entró con pompa y circunstancia a este Mundial: su anotación (52’) dio la primera gran sorpresa del Mundial, puso las acciones suizas a la alza y cosechó el primer triunfo helvético en su historia de duelos ante España.
De paso, bajó a la Furia de la nube y la dejó obligada a un plan de sobrevivencia en el grupo G.
“Y eso solo sucederá si gana los dos próximos partidos ante Honduras y Chile”, indicó el diario especializado Marca.
Para mayor sal en la herida, la caída deja a los españoles con su destino en las manos de otros y con la enorme posibilidad de un cruce prematuro con Brasil.
Un solo gol, el causante de toda la contrariedad española.
El único consuelo para los hombres de Vicente del Bosque es que su próxima salida al campo es ante Honduras, el teórico rival más débil de la zona.
Los catrachos, al menos ayer, no hicieron mayor cosa para desmentir ese sambenito.
Suiza se topará a los chilenos en un duelo de ganadores, que puede aclararle el panorama a uno de los dos (o a ambos).
Enredados. Como aconseja Sun Tzu en El arte de la guerra, Ottmar Hitzfeld evaluó cuidadosamente sus tropas y las ajenas.
Su conclusión debió arrojar que el “tú a tú” con lo españoles no era una acción osada, más bien era un acto irracional.
Por eso plantó un cerrojo en el campo y apostó por el contragolpe. España tuvo el balón, merodeó el área... aunque sin tomar del cuello a su rival.
Si hacemos un símil con el boxeo, diremos que solo se dedicó a puntuar en las tarjetas en lugar de buscar el golpe de nocaut.
Así estaba el juego cuando un despeje largo del meta Diego Benaglio fue localizado por Eren Derdiyok, en su ruta abierta al arco lo derribó el portero Íker Casillas y la pelota suelta la impulsó Fernandes a la red (no sin antes quitársela a Gerard Piqué).
No hay nada peor que recibir un gol de un equipo cuya estrategia es el cerrojo..., y así lo comprobaron los españoles. Si con el 0-0 Suiza apostaba al contragolpe, con el 1-0 a su favor se convirtió en acto de fe.
Del Bosque decidió “quemar las naves” con la entrada de Jesús Navas, Fernando Torres y Pedro. Nada salió, incluso un remate de Xabi fue al larguero; más bien, Suiza casi marca el segundo por medio Derdiyok, cuyo remate se estrelló en el palo izquierdo de Casillas.
Luego, el meta catalogaría el resultado de “ilógico”, mas se le olvidó que si un partido se tiene que jugar es porque no se conoce el resultado. Así de simple...