Con la barrida en las finales de conferencia los Spurs certificaron anoche que son el mejor equipo del Oeste de la NBA.
La victoria en Memphis, por 93 puntos a 86, acabó de comprobar que los Grizzlies nunca tuvieron posibilidad de derrotar al cuadro cuyo núcleo conforman Tim Duncan, Manu Ginónili y el gran base francés Tony Parker.
De manera que San Antonio jugará las finales de la NBA por quinta vez en la era del entrenador Gregg Popovich y el delantero Duncan (desde 1997).
En las cuatro veces anteriores fueron campeones.
Volviendo al partido de ayer, la gran estrella de la noche fue Parker, con 37 puntos (25 de ellos en la segunda mitad). Duncan aportó 15 unidades y ocho rebotes; Ginóbili se vio limitado a solo seis puntos.
Quincy Pondexter, un suplente, fue el mejor de los Grizzlies, con 22 unidades. Zach Randolph fue limitado a 13 puntos.
Precisamente, la clave de San Antonio para barrer a Memphis fue limitar a Randolph, quien no vio las mismas facilidades que tuvo al doblegar a los Clippers y al Thunder, en las series anteriores.
El rival. Hoy juega el vigente campeón de la liga, el Heat, de visita ante los Pacers. La serie está 2-1 a favor de Miami y buscará dejar a punto de mate su boleto a las finales por tercer año consecutivo. LeBron James comanda el equipo que todo el año ha sido el gran favorito a repetir el título.
El último título de los Spurs lo ganaron dándole una lección a James, al barrer en las finales a los Cavaliers de Cleveland.