Solo la cancha requiere $30.000

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Solo el mantenimiento de la cancha del Estadio Nacional implicará un gasto de al menos $30.000 (¢15,3 millones) al año.

Esa es la cifra mínima que se requiere para pagarles a dos funcionarios a tiempo completo, además de los fertilizantes y otros insumos, pero no incluye el equipo para dar tratamiento.

La cortadora de zacate cuesta alrededor de $40.000 (¢20,6 millones) y el tractor especial para esas superficies otros $20.000 (¢10,3 millones), según detalló Ronald Castillo, presidente de la empresa Zacate Agrícola Roca .

Esta es una de las compañías que se ofreció a instalar el césped del nuevo inmueble.

Los gastos de mantenimiento serán relativamente altos porque el Estadio se utilizará para actividades extrafutbolísticas, como conciertos.

“Para darle el mejor tratamiento estamos hablando de cerca de $30.000 cada año. Después de un evento la grama natural suele sufrir algún tipo de ‘estrés’, no es nada del otro mundo pero sí requiere ciertos cuidados”, explicó Castillo.

Este especialista sugiere utilizar una variedad de césped que incluye una fibra sintética en la raíz, lo cual da más resistencia y permite aumentar el uso de 400 a 1.000 horas anuales.

Publicidad. El Gobierno gestiona que la empresa elegida para instalar la cancha colabore con uno o dos años de mantenimiento, como parte del contrato.

También hubo conversaciones con otras compañías para que “apadrinen” los gastos de la pantalla gigante, según explicó Osvaldo Pandolfo.

Sin embargo, se trata de contactos iniciales que todavía no se traducen en acuerdos. La nueva administración, que asume el 8 de mayo, deberá retomar estos esfuerzos.

También hay que vender los puestos de comida y las tiendas que estarán ubicados en diversos sectores del estadio, entre ellos el segundo piso, un anillo que rodeará todo el inmueble y que permitirá acceder a las graderías y servicios variados.

El estadio contará además con ocho cabinas de palco. Aún no está definido por cuánto plazo se alquilarán, si será solo para actividades deportivas y mucho menos cuánto cobrarle al público por esos espacios.

A manera de comparación, los palcos del estadio Ricardo Saprissa se vendieron por anticipado en 1972, una idea que ayudó a financiar la obra, según reseña el libro Historia del Deportivo Saprissa , del periodista José Antonio Pastor.