Sin armas para luchar

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Fuimos a una Vuelta con las cartucheras vacías y a expensas de que otros dispararan por nosotros, en una fiesta en la que somos los anfitriones.

El quirófano espera al ciclismo nacional.

La Federación Costarricense de Ciclismo (FECOCI) debe acoger a personas que piensen en mejorar el rendimiento del pedalismo con planes orientados hacia la promoción de nuevos pedalistas.

En los albores de un nuevo siglo, el ciclismo continúa, en su cabeza, atrapado por un grupo pronto a cumplir una década sin presentar en el escenario caras nuevas.

Y en esa agrupación todos hacen de todo. Los directivos se presentan a competencias como el giro en calidad de entrenadores o comisarios. Es como si en el futbol el presidente de la FEDEFUTBOL sea el árbitro en un clásico.

El bisturí debe cortar en aras de un mejor calendario nacional e internacional; del trazado de un nuevo recorrido de la Vuelta y de la elaboración de un plan orientado a la masificación del ciclismo como disciplina.

Clásicas tradicionales como la de Occidente, Sur y Guanacaste se mantienen, hoy, como simples programaciones de fin de semana, con paupérrimas premiaciones que no llegan a ¢10 mil para los ganadores individuales.

Hoy esas pruebas rurales continúan como un fin comercial, a la que llegan ruteros a veces obligados para poder correr la siguiente Vuelta al país o sin ninguna motivación por el tipo de premiación.

Sin líder

El ciclismo tico no tiene figuras. Carece de un líder que enarbole el estandarte del pedalismo nacional durante las grandes carreras.

Para asistir a encuentros internacionales, como la Vuelta, nuestros equipos deben recurrir a ruteros extranjeros --principalmente colombianos-- porque no tenemos quien dispare por nosotros.

Beneficios traería a esta disciplina que los foráneos permanecieran una temporada con nuestros ciclistas, pues así tendrían en aquéllos una escuela.

En el ámbito internacional la mayoría de los equipos profesionales o aficionados cuentan con pedalistas extranjeros. A Francia, Italia, Suiza y España los participantes no llegan a correr por un gran premio sino a cumplir con una campaña anual.

Los equipos nacionales han recurrido a ruteros sin importar la nacionalidad, con escaso currículo para defender la firma comercial. Sin embargo, vienen aquí y ganan o se colocan entre los mejores, muy arriba de nuestros pedalistas.

La Vuelta, para mejorar su nivel competitivo, debe realizarse en un mes que no sea diciembre. Aquí llegaron sextetos fuera de temporada --como colombianos, venezolanos e italianos-- al venir a rodar por encontrarse en plena preparación física para la siguiente temporada.

Si los dirigentes aún no se percatan de que los cubanos ya suben con nuestros pedalistas el Cerro de la Muerte, es porque su miopía no les permite mirar más allá de lo que ocurre fuera de nuestras fronteras.

La Vuelta no debe convertirse en un circo para los costarricenses; hoy no tenemos armas para luchar... otros disparan por nosotros.