Revancha del 2006, pero con más hambre

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El enfrentamiento entre México y Argentina se está convirtiendo en un clásico de América.

Potencias en cada una de sus zonas, Concacaf y Conmebol, pasaron la primera ronda con realidades sumamente distintas.

México tuvo tres compromisos inestables, mientras que Argentina fue sólido en todas sus salidas.

Sí, los aztecas le propinaron un baile a una desastrosa Francia, pero no pudieron ante rivales mentalizados como Sudáfrica y Uruguay.

Argentina, uno de las selecciones con más hambre en este Mundial, le pasó por encima a Nigeria, Corea del Sur y Grecia.

La apuesta del Tri será cómo frenar a Messi y la de la Albiceleste será cómo mantenerlo tan activo como en sus primeros compromisos.

La dinámica mexicana es lo mejor que tiene, con los jóvenes Giovanni dos Santos y Carlos Vela metiendo velocidad por los costados. Pero a ellos les falta gol.

También se paran fuerte en el medio con Rafael Márquez, Gerardo Torrado y Andrés Guardado.

El desequilibrio del ataque argentino es top en el planeta y el olfato goleador de cada uno de sus delanteros (titulares y suplentes) raya en lo absurdo. Empero, su defensa es punto crítico. Puede cometer errores en cualquier momento.