Londres AFP Rafael Nadal y Novak Djokovic se verán las caras en la final del Másteres de Londres, un duelo que significará el cierre de la temporada 2013 del tenis mundial.
Sin duda, un espectacular compromiso que tendrá en cancha a los mejores exponentes de la actualidad del deporte blanco.
Para el español, esta será una gran oportunidad para adjudicarse el único gran título que le falta.
A sus 27 años, tiene 13 campeonatos de Grand Slam -un Abierto de Australia, ocho Roland Garros, dos torneos de Wimbledon y dos Abiertos de Estados Unidos- y una medalla de oro olímpica.
Sin embargo, el mallorquín nunca ganó este evento sobre superficie sintética, que reune a los ocho mejores ranqueados del año.
De lograrlo en esta ocasión, sería la coronación de un curso extraordinario, después de padecer por las constantes lesiones.
Por su parte, Novak Djokovic buscará su cuarta corona en este certamen, la segunda al hilo, aunque pase lo que pase, no alcanzará el primer lugar en el ranquin ATP.
El historial entre ambos es de 38 partidos, con 22 triunfos para Rafael Nadal y 16 para Novak Djokovic, quien además se dejó el último precedente en Pekín (6-3 y 6-4).
Con lo necesario. En los partidos semifinales de ayer, tanto el español como el serbio se deshicieron de los suizos Roger Federer (7-5 y 6-3) y Stanislas Wawrinka (6-3 y 6-3), respectivamente, en dos sets.
A primera hora, Nadal y Federer brindaron un buen espectáculo, en gran medida por lo disputado que resultó el set inicial.
Sin embargo, desde ese momento se dejó entrever algo que se acrecentó en la segunda manga: el ibérico aprovechó sus oportunidades con facilidad y el suizo no.
El mallorquín ganó cada una de las bolas que tuvo para romper el saque del suizo -tres- mientras que Federer solo quebró en una de las cuatro que se le presentaron.
Con dos rupturas en cada manga, Nadal no permitió que se viviera una tarde dramática y liquidó el partido en una hora y 19 minutos.
Por su parte, Wawrinka era la sorpresa de las semifinales, pero no pudo romper su maleficio con Djokovic, al que solo ganó en dos de las 17 ocasiones que lo enfrentó.
El suizo logró romper el servicio al serbio en el tercer juego, un buen augurio, pero Djokovic no se puso nervioso y le devolvió la faena.
Wawrinka falló en momentos claves, como en las otras dos bolas de quiebre que tuvo, mientras Djokovic se adjudicó el encuentro con la característica agresividad que le permite desarmar rivales.