Rafael Nadal logró ayer su octavo título en el Roland Garros

Se impuso a David Ferrer en la final española del torneo que es de su dominio

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París. AFP. Rafa Nadal venció en tres sets, 6-3, 6-2 y 6-3, a su compatriota David Ferrer, ayer en la final 100% española del Abierto de tenis francés, conocido como el Roland Garros , y obtuvo el título por octava vez en su carrera, superando su propio récord personal.

Con esta victoria sobre el alicantino, quien a sus 31 años había llegado por primera vez a una final del Grand Slam, el mallorquín, de 27, confirmó que es el mejor tenista sobre tierra batida de la historia.

Rafa recibió su trofeo de manos del velocista jamaicano Usain Bolt y el presidente de la federación francesa (FFT), Jean Gachassin.

Las condiciones no eran las ideales para jugar sobre arcilla, ya que el ambiente estaba húmedo tras las lluvias registradas en la noche del sábado y la madrugada del ayer, por lo que la cancha y bolas estaban un poco pesadas, además de que también hubo algunas rachas de fuerte viento.

Los primeros intercambios fueron muy técnicos y de gran potencia, pero el defensor del título logró hacer un quiebre tempranero en el tercer juego para ponerse 2-1 arriba, merced a algunas devoluciones malas de su rival, que enseguida le retrucó (2-2).

En el sétimo juego, casi siempre el de las grandes inflexiones, Nadal quebró el servicio a Ferrer cerrándolo con un revés cruzado incontestable (4-3), para después penar para mantener el suyo levantando una bola de quiebre y volver a hacerlo para cerrar el parcial con marcador de 6-3 en 40 minutos.

A pesar de algunas faltas cometidas por ambos jugadores, se estaba viendo un juego de alto nivel, con potentísimos golpes de revés a dos manos, pero muy bien colocados, además de alguna que otra dejada para deleite de todos.

La tónica de la segunda manga fue parecida, al menos al comienzo, Nadal presionado a Ferrer, defendiendo al límite su saque, pero haciendo el break con esos detalles que distinguen a los genios en lo suyo (2-0 arriba). Luego, con un juego blanco siguió a 3-0, mientras caían algunas gotas de lluvia sobre el rectángulo de juego que obligaron a abrir los paraguas en las tribunas.

El cuarto juego del parcial fue largo y reñido y Ferrer finalmente pudo levantar un par de bolas de quiebre, lo mismo que hizo Nadal en el siguiente pero en tres ocasiones más (4-1).

Esto desconcentró al Nadal, quien perdió su saque (5-2), pero lo recuperó inmediatamente haciendo el break y cerró con un 6-2 en menos de una hora.

El tercer set tuvo un quiebre tempranero para cada uno, que asustaba a los dos guerreros sobre la mojada arcilla. Seguía la llovizna, pero el árbitro y los organizadores no se decidían a interrumpir el juego, aunque David se mostraba bastante contrariado.

En el octavo game Nadal logró quebrar el saque a su adversario con su segunda bola de break y, con el suyo , tras un total de 2 horas y 16 minutos de partido, tras lo que se dio un abrazo con el de Jávea, un dignísimo rival. Su mano a mano personal es ahora de 20-4 y el octavo título de este tipo para Nadal.