¿Cuánto costó este oro?
Mucho porque este año fue desastroso para mí. He tenido las mejores sesiones de entrenamiento, he hecho todo como se debía y en las competencias no se reflejaba lo que hacía. Pero había un pequeño efecto, que yo había perdido el hambre, el deseo de ser el mejor del mundo y gracias a Dios se recuperó eso, la verguenza deportiva que los atletas tenemos y salí dispuesto a darlo todo. Cuando llegué a los 200 metros, me dije: ‘Esto es mío, voy a atacar, el que se pueda ir conmigo que se venga’ y pude cruzar la meta de primero.
Con el tiempo que hizo es el tercero del mundo.
Sí, cuando terminé, eso fue lo que me dije. Me gradué como corredor de 400 metros, al hacer una de las mejores carreras del mundo, pero como te digo fue un año difícil y llegar a hacer la mejor marca de mi vida, en la última carrera del año, en la segunda competencia más importante para nosotros del año y, sobre todo, en la altura, para nosotros es un gran éxito poder culminar un gran año.
Con ese crono hubiese sido medallista en el Mundial.
El día antes de esa prueba en Corea me lastimé una pierna en un entrenamiento y ahí empezó la preocupación y cuando entra la duda, la mente falla. Estaba indeciso y no tenía noción de lo que pasaba.
¿Cuál fue la diferencia?
Hoy (ayer) cuando llegué al 200 yo llevaba el control total de lo que estaba haciendo, tenía el ritmo de competencia y se logró el objetivo final que era la medalla de oro y estoy muy contento.
¿Sintió presión por ganar?
Yo no sé lo que es la palabra presión. La presión la tienen los que trabajan para nosotros, los que necesitan recoger los dineros para que vengamos aquí. Nosotros somos el producto final, venimos a disfrutar de esto y para mí esto es una gran fiesta, poder representar a mi país, ponerme el uniforme de mi país y eso para mí en lugar de ser una presión es un gran reto.
Ya con la presencia de su bebé Jaden, ¿qué piensa para la temporada que viene, irá a Europa o se queda en Costa Rica?
Mi hijo nunca ha sido un estorbo porque mi pareja, Sasha, siempre ha estado ahí, me ha dado la oportunidad de entrenar, de estar tranquilo. El niño no molesta, se duerme a las 9 p. m., se levanta a las 7 a. m. y me permite la parte de descanso. No es un obstáculo, más bien es una gran bendición y una motivación extra. Es el turbo necesario que yo requería. Ir a Europa... está claro por qué yo corrí la mejor marca de mi vida hasta octubre, casi noviembre, la razón es que yo no hice temporada bajo techo y yo normalmente la hacía y me lanzaba ahí al aire libre y ya tenía ritmo y noción de competencia. Este año, al no hacer eso, empecé a competir en abril y las piernas no tenían esa fuerza.
Usted da una medalla de oro a Costa Rica luego de 20 años.
Este resultado refleja que nuestros atletas tienen talento y la única manera de obtener esas medallas es con inversión. La empresa privada ha creído en Nery Brenes, también el Comité Olímpico, el Gobierno y este resultado es el reflejo de eso. Si no hay esa combinación de recursos públicos y privados, no podemos obtener esos logros.