Promesa del triatlón de Costa Rica rechaza invitación al mundial porque quiere ganarse el boleto

La determinación es, probablemente, una de sus principales características, en parte producto del síndrome de asperger, el cual le fue diagnosticado cuando tenía 15 años

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David Marín es una de las figuras emergentes del triatlón nacional, pero eso es algo que él quiere demostrar clasificando a un mundial de forma directa.

Por eso este vecino de Salitral de Santa Ana rechazó, hace dos años, una invitación para participar en la máxima cita en categoría junior.

La meta del joven de 18 años está clara: "Rechacé esa oportunidad porque no clasifiqué como realmente se debe. El objetivo es clasificar de forma directa y sin invitaciones", afirma sin titubeos.

La determinación es, probablemente, una de sus principales características, en parte producto del síndrome de Asperger, el cual le fue diagnosticado cuando tenía 15 años.

"Simplemente él dijo no voy, solo si es clasificando. No hubo forma, le dijimos que era una experiencia bonita, pero se negó", cuenta su papá, Carlos Marín.

Su talento ya ha quedado en evidencia, como sucedió el sábado anterior, cuando ganó el Campeonato Centroamericano y del Caribe en categoría junior.

"Fue muy bueno, es mi último año como juvenil, entonces era importante ganar. Le di con todo", aseguró David.

Para conseguir el boleto al ansiado mundial junior, Marín competirá en el Campeonato Americano de Triatlón, el 15 de julio a Manog, Canadá. De ahí saldrán 15 clasificados al Mundial de Róterdam, Holanda, en setiembre.

Más allá de que el Asperger sea un impedimento para practicar el triatlón, es un plus, detalla su entrenador Eugenio Fernández.

"Es enfocado al 100%. Cuando tiene una idea es difícil sacársela de la cabeza. Lo defino como una persona sencilla y muy trabajadora, por su Asperger, es muy dócil, nunca te va a quedar mal, siempre le va a dar buena cara al entrenamiento y tiene dos respuestas: estoy cansado o no estoy cansado", explica Fernández.

Su pasión por el triatlón no se dio desde niño, porque antes de dedicar su tiempo a esta disciplina, solamente corría.

De igual forma en el atletismo mostraba buenas condiciones, pero el consejo de un entrenador lo inclinó por un deporte que llegó para cambiarle su mundo.

"El triatlón se volvió parte de mi vida", asegura David, quien es de pocas palabras, pero expresa de forma sencilla lo que siente.

Su progenitor concuerda con él, al expresar que no piensa en otra cosa que no sea triatlón y este le ha favorecido en el aspecto social.

"Le ha ayudado bastante, es otra persona en la parte social y emocional".

Incluso, él mismo afirma que con el triatlón se desestresa y lo impulsa a enfocarse en sus propósitos.

Su talento lo llevará hasta Lisboa, Portugal, para realizar un campamento durante tres semanas en un centro de alto rendimiento, con atletas junior de Europa.

La dinámica para David y Mario Masís, otra joven promesa de 16 años que participará en el evento, será entrenar, comer y dormir, bajo las normas que lo suelen hacer los deportistas de alto nivel.

Los nacionales estarán dirigidos por el técnico Sergio Santos, una persona selectiva al momento de abrirle las puertas a los atletas, asegura Leonardo Chacón, quien facilitó el contacto con Santos.

"Mi idea es para que vean la realidad de cómo entrenan los junior a nivel mundial, además, al finalizar el campamento se realizará una de las copas del mundo más duras en su categoría y podrán terminar compitiendo con una carrera de mucho nivel", explicó Leo.

Para estar en Europa durante 22 días, Marín y Masís debían costearse todos los gastos.

Aunque Marín tenía beca del Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (Icoder), le fue retirada, por lo que todos los gastos corren por cuenta de sus padres. Mientras que Masís ha recibido diferentes ayudas, como los $1.000 (¢568.000) que Leo Chacón ganó por el premio Colibrí, los cuales fueron entregados de forma íntegra a este atleta.

Pensando en grande. Para Eugenio Fernández, técnico de Marín, su pupilo es un prospecto para pensar en unos Juegos Olímpicos.

"Sin menospreciar al resto, David puede ser la punta de lanza que tiene el país para buscar una plaza olímpica, para la próxima es complicado (Tokio 2020), pero pensamos en proyectarnos desde ya", comentó.

Pensar en grande es parte del lema que maneja Fernández y David lo sigue al pie de la letra.

"Quiero llegar a ser un triatleta de clase mundial. Para eso hay que entrenar mucho, ponerse metas y trabajar duro, y también se necesita apoyo para lograrlo", señala.

Eugenio conoce a Marín desde hace muchos años y eso le ha permitido entenderlo durante las prácticas.

"Es importante que él tenga la confianza que si le sale bien una cosa, le saldrán también las otras. Para mí no es malo pensar en Olímpicos porque si no pensamos en grande no se consigue".