La NBA empieza con mucho talento concentrado en pocos predios, lo que deja una limitada lista de retadores para pelear por la corona de LeBron James y su Heat de Miami.
La evolución que mostró el cuadro de La Florida en los play-off pasados lo colocan como favorito para retener el cetro. Después de todo, cuando James llegó a Miami, junto a Chris Bosh para unirse a Dwyne Wade, prometió al menos seis campeonatos. Apenas lleva uno en la pretenciosa cuenta.
El voto de confianza al Heat aumenta, pues consiguieron apuntalar sus falencias con un veterano de mil batallas, como Ray Allen.
Los refuerzos del Heat van encaminados a apuntalar el juego perimetral, de tal manera que James, Wade y Bosh se encarguen de despedazar en la pintura.
El Este se ve poco animado, con solo los Celtics dando la cara como contendientes. En la final de conferencia, Boston exigió al máximo a un Heat que sufrió sin Bosh en buena parte de la postemporada.
Los fichajes de Boston no han sido tan sonados como inteligentes: mejoraron en un punto sensible como es la pintura y adicionaron a Leandrinho Barbosa y Jason Terry, ambos ganadores de premios al mejor reserva, para dar espacio y compañía a Rajon Rondo.
Amenaza desde el Oeste. Los Lakers finalmente trajeron al pivote Dwight Howard para volver a ubicarse en el centro de atención de la liga. Él, junto a Kobe Bryant y la contratación del veterano base Steve Nash, formará un equipo que tomará tiempo en coordinarse, pero que amedrentará rivales.
Howard llega como la mejor estrella disponible en el mercado y como el hombre que, justamente, más daño le puede infringir al Heat.
Miami puede colocar a Bosh en el centro, pero él jamás se comparará al tamaño y fuerza de Superman . Joel Anthony puede defender por tramos, pero tiene un equivalente a menos cero en su aporte ofensivo.
Los Lakers podrían ser un rival pesado en las finales, suponiendo que puedan con el Thunder.
Oklahoma sufrió de los pecados propios de su juventud en las pasadas finales de la NBA y no pudo exigirle el máximo a un James jugando como nunca.
Sin embargo, Kevin Durant es el candidato más cercano a pelear con LeBron por el título al mejor jugador del planeta baloncesto.
Russell Westbrook y James Harden, como los dos compañeros del núcleo trepidante del Thunder, solo tienen espacio para mejorar y uno esperaría que lo hagan.
Falta ver qué tanto podrán mejorar Serge Ibaka y los demás hombres grandes del Thunder para conocer el mayor alcance de un equipo que crece año tras año y aún no conoce su techo.
Posibles retos. Quedan equipos que podrían inspirarse y alcanzar el nivel de contendientes.
Los Spurs de San Antonio fueron los mejores del Oeste y aún no pueden ser eliminados de la lista de candidatos. No solo porque a Tim Duncan y Manu Ginóbili aún les quedan cartuchos por quemar; también porque Tony Parker, por experiencia y capacidad de contagiar a sus compañeros, es el mejor armador del momento. Con las disculpas del lesionado Derrick Rose.
Empero, el principal punto a favor de San Antonio es Gregg Popovich. Nadie mejor que él entre los entrenadores de la NBA.
Precisamente, de la recuperación y puesta a nivel de Rose depende la última candidatura. Chicago tiene equipo para llegar a play-off, pero si no tienen a su MVP al 100%, los Bulls no podrían ni soñar.
Por fin la NBA volvió a tener un Rey y ahora todos no piensan más que en quitarle su corona.