‘Pensé que iban a matarme’, recuerda ciclista agredido en Vuelta a Costa Rica 2015

Nieves Carrasco conversó con ‘La Nación’ sobre los momentos de angustia que pasó desde el día del ataque y las secuelas que le dejó la golpiza. Sus agresores acaban de ser sentenciados a un año de prisión

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Aquellos dos minutos, mientras era golpeado a mansalva en su rostro y espalda, se le hicieron eternos al ciclista Nieves Carrasco Montoya, quien creyó que ese día iba a morir, mientras trataba de cubrirse de la agresión y pensaba en su esposa e hijo.

El 20 de diciembre del 2015 será imborrable para el pedalista oriundo de San Vito de Coto Brus, según lo narrado a La Nación, pues fue la última vez que formó parte de una caravana de la Vuelta Ciclística a Costa Rica y la fecha en que cambió toda su vida, tanto en lo personal como en lo deportivo.

Es por ello que para Nieves se hizo justicia el pasado 13 de febrero, más de siete años después, cuando finalizó un largo proceso judicial que culminó con la condena de un año de cárcel para los hermanos Jeiner y Mauricio Rojas Villegas, por agresión y provocar lesiones graves.

Así consta en el expediente 16-000025-0472-PE, correspondiente al juicio realizado en el Tribunal del Primer Circuito Judicial en Limón.

Los sentenciados, quienes fungían como técnico y masajista del equipo Frijoles Los Tierniticos- Arroz Halcón, también integrado por sus hermanos ciclistas, César y Juan Carlos Rojas, deberán cancelar ¢3.141.059 por daños físicos, morales e incapacidad permanente, así como las costas del proceso judicial que ascienden a ¢628.211.

Pese a la sentencia en su contra, Jeiner y Mauricio Rojas no irán a la cárcel dado el beneficio de ejecución condicional de la pena, tratándose de una pena menor a cuatro años y del primer delito que se les atribuye.

Nieves, quien actualmente vive en Palmares, Alajuela, narró que en estos más de siete años no le importó viajar a Limón a declarar, en varias ocasiones, porque su deseo era limpiar su nombre y demostrar que nunca inició la gresca.

El ataque de los integrantes del equipo Frijoles Los Tierniticos- Arroz Halcón, Jeiner Rojas (entrenador) y Mauricio (masajista), contra los ciclistas Nieves Carrasco y Rónald Araya, de la escuadra Reitt Zumco Mincho, tuvo su origen en la mañana de ese mismo 20 de diciembre, durante la quinta etapa de la Vuelta a Costa Rica, entre Santa Ana y Limón.

Una discusión entre los pedalistas Juan Carlos y César Rojas, “capos” del equipo de Frijoles Tierniticos, provocó las risas de sus rivales, lo que desembocó en una serie de agresiones y discusiones durante la carrera, hasta llegar a línea de meta en Limón.

Allí se acusaron mutuamente de ofenderse y agredirse ante la organización de la Vuelta, pero en los boletines oficiales no se tomaron medidas ni tampoco hubo sanciones.

Llegada la noche, los ánimos continuaron caldeados y según la sentencia judicial, Jeiner y Mauricio atacaron a Carrasco y Araya en el hotel Maribú, en Puerto Limón.

Nieves llevó la peor parte, al sufrir la fractura del tabique nasal y el pómulo derecho, además de golpes fuertes en los brazos y las piernas.

Al día siguiente, el conjunto de Reitt Zumco Mincho, decidió no tomar la partida, pese a que en ese momento lideraban la Vuelta a Costa Rica con el pedalista Mainor Rojas Davis. Adujeron falta de seguridad para los integrantes del equipo y quedaron fuera de la competencia.

¿Por qué tanta avaricia?

Con voz pausada y tranquila, Nieves confesó que ese día pudo haber fallecido o quedar inválido y que jamás se imaginó la reacción de los integrantes del otro equipo.

“Quedó claramente demostrado que atentaron contra mi vida. Desde mi punto de vista, me pudieron asesinar. No fueron arañazos, la intención era lastimarme. Aún no puedo entender cómo llegaron a ese extremo. Por qué dañar un deporte tan bonito, por qué tanta avaricia por ganar una Vuelta a Costa Rica, sin importar las consecuencias”, declaró Carrasco.

El pedalista, quien participó en 15 giros a la tica y solo se retiró una vez, precisamente en el 2015, terminó en el hospital luego la golpiza. Hoy comenta lo extraño que fue todo, porque en el pasado había sido compañero de equipo de los Rojas y no había tenido problemas con ellos; incluso les ayudó a ganar una Vuelta.

“Pensé que iban a matarme, porque eran muchos los golpes. Nos tomaron desprevenidos y me dieron con un blackjack (bastón) por la cara, la espalda y la cabeza. El doctor que me atendió me dijo que bien me hubiesen dejado parapléjico, si me dan por la columna con más fuerza. Fueron momentos que no se los deseo a nadie, porque ellos querían lastimarnos”, añadió Carrasco.

Para el ciclista, quien sumó siete victorias de etapa, entre ellas el Circuito Presidente en tres ocasiones, la agresión fue premeditada y no sucedió al azar.

“Ellos sabían que yo era el cerebro del equipo, quien interpretaba la carrera y la estrategia. Cuatro meses antes les dije a mis compañeros que íbamos a ganar la Vuelta y con Minor (Rojas Davis) teníamos cuatro minutos de ventana. Yo conocía sus debilidades y dónde sacarles provecho; por eso me querían sacar de la carrera, pero no pensé que fuera de esa manera”, dijo Carrasco.

Adiós al ciclismo

Nieves comentó que después de la agresión estuvo 15 días incapacitado, con fuertes dolores de espalda e incluso tuvo que asistir a ayuda psicológica, porque desde ese momento tuvo que decirle adiós al ciclismo por las lesiones y el trasfondo que se dio tras la agresión.

“Fue muy duro, porque la Federación Costarricense de Ciclismo (Fecoci) no nos respaldó en aquel momento; por el contrario, siento que nos dio la espalda, porque no nos escuchó e incluso nos amenazó con castigarnos, cosa que nunca pasó. Pero en las personas ligadas al ciclismo quedó esa imagen que nos dañó muchísimo”, aseguró Carrasco.

“Durante los siguientes dos años buscamos apoyo para seguir corriendo, pero los patrocinadores nos preguntaban por la sanción. Cuando les explicamos que no existía castigo, nos decían que cuando se aclarara todo podíamos hablar. Después vino la pandemia y todas las actividades se detuvieron. Fue entonces que medité el retiro para buscar cómo mantener a mi familia”.

Nieves, hoy a sus 46 años, reiteró que el deseo era limpiar su nombre y por eso no claudicó en su afán de llevar a sus agresores a los tribunales, pues muchas personas dudaban de su palabra y eso era muy duro.

“En redes sociales alguna gente se burló por la sentencia. Escribieron que no me dieron la plata que yo quería. El daño económico no se puede reparar porque es mucho, pero yo no buscaba dinero. Yo quería limpiar mi nombre, quería justicia. Ellos me perjudicaron mucho y en mi caso tuve que retirarme, por falta de patrocinadores, de un deporte que practico desde los 17 años”, subrayó Carrasco.

Secuelas que perduran

Poco a poco, Nieves ha tratado de salir adelante por su esposa e hijo de 10 años. Actualmente trabaja como repartidor de servicio express en Palmares, así como pintando casas y otras “chambas” que le salgan, mientras convive con las secuelas que le quedaron tras el ataque.

“Con la fractura en la nariz se me corrió el tabique nasal y perdí en un dos por ciento la capacidad para respirar, que en el caso de un ciclista es importante. Además ronco muy fuerte, debido a ese problema. También quedé con dolores crónicos de espalda y hay ocasiones en que son tan fuertes que no puedo ni levantarme de la cama, hasta por una semana”, contó Carrasco.

Hoy Nieves se siente tranquilo, dice tener la misma ilusión del adolescente de 15 años que partió de Buenos Aires de Puntarenas, donde vivió con sus padres, con la idea de progresar. El mismo que trabajó cuidando helechos en Cartago hasta poder comprarse una bicicleta y participó en los Juegos Nacionales representando al cantón de Paraíso.

“Fue un proceso muy largo e incluso tuve que tener un seguimiento psicológico porque era duro que nadie nos creyera. Fui víctima de un ataque que aún no comprendo. Pero debo continuar por mi esposa e hijo. Ya pagamos nuestra casa y Dios primero después de la sentencia espero que muchas cosas se aclaren y pueda volver al ciclismo de alguna manera”, añadió Carrasco.