Participó en ocho Olimpiadas

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acido hace 62 años en Santa Cruz, Guanacaste, Francisco Rivas Espinoza ha sido un apasionado –toda una vida– del mundo de la natación.

La mayor parte de su trayectoria deportiva la desempeñó como entrenador, que lo llevó a conquistar, en esta disciplina, los mayores logros del deporte costarricense.

En su juventud aprendió a nadar con Alfredo Cruz y compitió entre 1957 y 1968, año de su retiro. En medio de las fechas, en 1961, fue declarado el mejor nadador del país.

Se ha distinguido por ser el forjador de tres grandes campeonas en la piscina: María del Milagro París en los años 70, Sylvia Poll en los 80 y su hermana, Claudia Poll, en los 90.

Sus inigualables alegrías las cosechó como conductor en el Club Cariari, a partir de 1972. Ya suma ocho Olimpiadas, desde su debut en Montreal 1976 hasta su despedida de las justas en Atenas 2004.

Bajo su guía, París ganó 14 medallas en unos Juegos Centroamericanos, Sylvia fue reina de los Juegos Panamericanos y Claudia campeona del mundo en piscina corta.

Además, María fue sétima en Moscú 1980 y Sylvia plata en Seúl 1988 y Claudia oro en Atlanta 1996, con dos de bronce en Sídney 2000.

La Nación buscó reacciones con Rivas y Claudia, pero no fue posible. Elizabeth Zumbado, asistente de Rivas, dijo que no era posible abordarlos, pues se concentraron en la preparación al Mundial Máster en Italia.

“Soy un ejemplo de perseverancia. El máximo logro que tengo es el oro en Atlanta”, confesó en entrevistas con este diario, en 1999 y 2000.

Chico Rivas resumió que María del Milagro París fue la nadadora de más coraje que tuvo para entrenar, la que trabajó más duro y la que eligió el estilo más difícil: mariposa.

De Sylvia la describió como nadadora de fuerza, con afinidad en el carácter y una excelente estudiante.

Y sobre Claudia Poll aseguró que es una ondina con mucha técnica, sin el coraje de María del Milagro ni la fuerza de Sylvia, pero “muy inteligente para nadar”, explicó Rivas. 1