Desamparados. Uno puede contar con tres cosas en el día final de unos Juegos Nacionales: la multitudinaria cantidad de finales y eventos provocará un caos gigantesco, las historias de lucha, gloria y perseverancia estarán por doquier y cientos de pechos se erguirán con el metal brillando encima.
Así sin más se despidieron las justas de Desamparados 2012. Muchas cosas se hicieron bien, otras no tanto y otras muy mal. Algunos papelones incluidos como lo que se vivió en el futbol y el triatlón.
Al final se mantuvo lo que sí importa: la competitividad, el honor y la alegría de los atletas. Niños, adolescentes y adultos jóvenes demostraron la cara de una Costa Rica que ama el deporte. Todo el deporte, no solo el futbol.
San José “ganó”. En un plano más estadístico, San San José volvió a ser la representación de más medallas en las justas.
Dato simbólico pues en los Juegos Nacionales no se corona a un vencedor por el número de preseas doradas como se hace en el resto del mundo.
Los josefinos acabaron con una marcada diferencia de 56 doradas sobre Heredia, el rival más fuerte y que amenaza desde hace algunas ediciones con destronar a los de la capital.
Si en los dorados, la brecha entre el primer y el segundo lugar se hizo abrumadora este año (en el 2011 los florenses perdieron por solo cuatro), en el conteo total la diferencia es brutal: los josefinos ganaron 132 medallas más que sus más inmediatos perseguidores.
Entre los mejores cantones el colado es Belén.
Los florenses, con la mitad de competidores que Cartago y casi la cuarta parte que San José, se metieron en el cuarto lugar del medallero y rompieron con la tradición no escrita de que las cuatro cabeceras de las provincias del Valle Central copan los primeros cuatro lugares.
Una labor encomiable de los nadadores belemitas, más de calidad que de cantidad, le permitió al pequeño cantón subir a ese sitio.
¿Decepción para Cartago por el quinto lugar? Eso es muy difícil de medir pues se entra en materia de inversión y expectativas.
Sorpresas. Grecia, que no vino con una representación tan masiva y dista mucho de las tierras urbanas, fue la gran sorpresa al dominar el atletismo en la rama masculina.
Pero hay otros ganadores que llaman la atención.
Buenos Aires fue la mejor representación en el boxeo femenino, mucho gracias a su estandarte y mejor deportista de la especialidad en las justas: Paola Chinchilla.
Similar ocurrió con San Carlos en el tenis femenino y la labor de Ana Elena Quesada.
Asimismo, hay delegaciones muy pequeñas, pero muy dignas.
Las 12 medallas de Tarrazú, con solo seis nadadores y siete taekwondistas, son para admirar.
Y así tantos otros casos.
Quedan cientos de historias y sorpresas por contar pero que lamentablemente no caben en el papel. Recordemos que se trata de la titánica misión de recopilar el vivir de los 4.922 atletas que, con el orgullo de 73 cantones en sus espaldas, participaron en estos Juegos.